martes, 23 de mayo de 2017

SOÑAR

Soñaba y soñé, mis sueños se fueron cumpliendo, unos si, otros no, pero en ellos me sentí libre de las limitaciones de mi cuerpo. Corría sobre los verdes prados recién segados que vieron mi niñez y salte sobre las rocas de aquella añorada playa en la que las olas fueron mi juguete. Nada me impidió disfrutar de las caminatas por el monte con aquellos amigos, que hoy en la lejanía, siguen recordando mis esfuerzos físicos por mantener su ritmo, esfuerzos que no existen en mis sueños, en los que soy capaz de volar sobre las copas de los eucaliptos que bordean el camino. Un camino, de sueños que la realidad me permitió en parte y borro la parte negativa. Sigo soñando y cumpliendo sueños, ahora que el tiempo alejado de obligaciones laborales me da respiro para ello, pero mis sueños han cambiado, ya no camino a la orilla de las olas, sintiendo la fina arena en mis pies, no hago equilibrios entre las rocas tratando de alcanzar aquel huidizo cangrejo, que se ocultaba entre ellas. Mis sueños, son ilusiones que algún día se cumplirán, o no, en los que mi familia es el centro de ellos. Quizá algún día, pueda jugar con un nieto, aún lejano e incierto. Contarle, como fueron mis primeros años en el colegio y las mil aventuras vividas en largos veranos a la orilla del mar. Quizá pueda pasear de nuevo y sin agobios, aunque sea con mis ya inseparables muletas,  al lado de mi mujer recordando aquellos otros paseos de nuestra juventud, en los que los planes e ilusiones de nuestro futuro en común, fueron llenando las horas entre clase y clase. Hace ya 46 años que estamos juntos, 46 años soñando día a día llenando nuestra existencia y cumpliendo sueños. Hoy volví a soñar…y en ese duerme vela de las primeras horas de la noche, volví a sentirme libre, ligero, alegre y feliz de poder seguir soñando…

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