lunes, 10 de octubre de 2011

Treinta años... y lo que nos queda...

De cómo el tiempo pasa, solo nos damos cuenta cuando tomamos como referencia algún hecho importante en nuestra vida.
La relatividad del tiempo expuesta por Einstein, parece ser más evidente cuando echamos la vista atrás y rememoramos algún momento estelar, luctuoso o meramente anecdótico.
Pero es mayor el impacto cuando cogemos un viejo álbum de fotos y sin pretenderlo vamos contando mentalmente y sin decir nada, los que nos faltan, nos comparamos con nosotros mismos o nos sorprendemos de lo mucho que han crecido y cambiado nuestros hijos en lo que nos parece un corto espacio de tiempo.
Y es que el tiempo, es eso… un caer continuo interminable, inexorable…Aún recuerdo cuando vi. la cara de mi hija por primera vez, con solo dos horas de vida y como aquella noche no pude dormir por la alegría y aquella carita de ojos despiertos que estuvo toda la noche rondando en mi cabeza, todo parece que ocurrió ayer y ya va a hacer 29 años…
O como “el peque” superó su entrada en los Maristas completando unos puzzles que yo posiblemente, hubiera tardado horas, en apenas unos minutos, mirándome retador, desafiante y un poco “guasón” mientras respondía con corrección a los meses del año y los días de la semana, cuando minutos antes, lo mismo daba que Enero estuviera detrás de Junio y Julio después de Navidad, o que la semana comenzara, el miércoles y terminara en Martes, ¡y ya va a tener 25 años!...
Treinta años hace hoy que nos casamos, mas diez de noviazgo, cuarenta maravillosos años al lado de mi mujer…”toda una vida” y lo que nos queda…”Rubita” y también parece que fue ayer por la mañana… éramos mas jóvenes que nuestros hijos en la actualidad.
“TEMPUS FUGIT” amigo mío… y lo hace tan rápido que a veces no nos da tiempo a ver el tiempo que huye…