jueves, 8 de noviembre de 2012

El error que se perdona siempre...


Si de algo me precio es de ser persona de fácil complacer, sin pretensiones desmedidas ni aspiraciones imposibles, con buen humor y una apreciación de la vida en la que lo importante, lo verdaderamente importante, prioriza todas mis actividades, siendo muy difícil según dicen quienes me conocen bien, discutir conmigo y en este estado de cosas si alguien en algún momento me ha visto alterado, recordará mejor que yo en que circunstancias y quizá hasta sorprendido comente la situación con alguien y es que tratar que la vida sea llevadera para los que me rodean, bien en casa en la calle o en el trabajo, no es tarea difícil si uno le pone ese granito de humor que tanto hace falta y no se empeña querer tener siempre la razón asumiendo que uno puede equivocarse y cometer errores como todo el mundo.
A veces uno inconscientemente habla con la mejor intención y sin querer esta metiendo la pata, ¡Que alce la mano quien no halla errado alguna vez!, mil historias de equivocaciones propias y ajenas, podemos contar todos (solo no se equivoca quien esta para el otro barrio) y para muestra un botón: Hace años a una vecina le diagnosticaron un cáncer, tras seguir el tratamiento correspondiente, fue mejorando poco a poco, mientras que un día falleció su marido inesperadamente. La viuda, acompañada por su cuñada acudió al hospital, con su traje de luto y un velo que le cubría la cara, para acompañar el cadáver de su marido y mientras recorría los pasillos del Centro, se cruzaron con el oncólogo que la había tratado, que al ver a las dos mujeres de luto se dirigió a la cuñada de la vecina diciéndole ¿Tu cuñada verdad?, ha fallecido, ya te lo dije yo, que le quedaba poco tiempo de vida?La vecina, levantando su velo, miró al medico diciendo, ¡No, es mi marido quien ha fallecido!. Imagino la cara del medico y su deseo de que se lo tragase la tierra y es que con la mejor intención, se puede cometer errores fatales como fatales son los errores conduciendo o conduciéndose peatonalmente. Uno que ya lleva muchos años viendo siniestros no deja de sorprenderse de los errores a veces pueriles pero mortales que se comenten en la circulación. Muchas veces he pensado cuando veo a un peatón correr cruzando una paso cerrado, que ocurriría si la gente que esta al borde de la acera esperando, formara un bloque rígido y no le dejara subir en el ultimo momento a la acera. Error fatal es conducir con el cigarrillo en la boca (en este caso no me cabe ninguna duda que el tabaco mata). Error es cruzar una calle de única dirección sin mirar a ambos lados, cuando puede que un vehículo este dando marcha atrás por cualquier causa o venga un despistado por dirección única. Error tras error el ser humano es incapaz de escarmentar en cabeza ajena y seguiremos tropezando en la misma piedra, construyendo urbanizaciones al borde de ríos que en tiempos de lluvias pueden hacer desaparecer bajo las aguas miles de ilusiones. Pero el error que es humano es también fuente de grandes avances y descubrimientos, el error es hijo del pensamiento y la inteligencia, por error se descubrieron los rayos X, por error, el microondas, por error la radiación, por error se descubrirá el remedio contra el cáncer y por error, terminaremos todos pensando que somos indestructibles y seguiremos contaminando este bello planeta. En fin, tomaremos las cosas como vienen, tampoco voy a discutir por ello, como decía en un pricipio,seria un error.