jueves, 18 de julio de 2013

Kamikaces...

Sin Declararme anti-taurino, admirando el valor y arte que supone ponerse delante de un toro dándole capotazos y verónicas, jugando con el animal, en el ruedo y terminar en un enfrentamiento noble entre bruto y maestro con la muerte del primero y en algunos casos ,por desgracia, con la el seguno, lo que no entiendo, son las fiestas del Toro de la Vega, Los encierros de San Fermines y San Sebastián de los Reyes, los Espantos de Ledesma, el toro embolao y tantos festejos, en los que la gente se juega la vida, no por profesión y con la preparación debida, cargados de alcohol o en el mejor de los casos de simple cansancio tras unos festejos.
Es como si todo el mundo se pusiera a hacer carreras tipo formula 1 sin la preparación de un Fernando Alonso o un Marck Jené, por libre en zonas publicas y con unas copas de más.
Uno puede entender y admirar, la profesionalidad del torero, del piloto de carreras y hasta del trapecista de circo que se juegan la vida como profesión, pero con años de preparación y sentido común, con el apoyo de otros profesionales que saben lo que hacen y minimizan el riesgo que siempre esta presente.
Lo que no puedo imaginar,ni entender, es a ningún Ayuntamiento o entidad pública promoviendo carreras de turismos entre sus ciudadanos en sus propias calles o retos entre paisanos para cruzar una calle colgados de unos cables tendidos entre edificios.
Se que la tradición manda, que las costumbres deben respetarse. ¿O no?, también la ablación es una costumbre en determinados pueblos, también el burka, también la lapidación por que una mujer tome una cerveza en publico en algún país lejano.
Argumentar que son costumbres antiguas no debería justificar ninguna muerte, la vida tiene más valor que la costumbre, el uso o la tradición. Aducir que quien allí va lo hace voluntariamente, tampoco me sirve, pues voluntariamente el kamikaze circula en dirección contraria y nadie se lo permite.
No entro en si se maltrata o no a un animal, mayor maltrato reciben los ciudadanos de algún país totalitario, los emigrantes e incluso muchos ciudadanos de este país que se permite y permite jugar con la muerte en tiempos de fiesta.
En fin, no lo entiendo pero la vida es así contradicción pura.