sábado, 31 de marzo de 2012

Con humor...

Que la vida hay que vivirla, no es ningún secreto para nadie, (mas aún, yo diría que es una perogrullada lo que acabo de escribir y lo podría entender hasta un niño de cinco años-¡Que traigan un niño de cinco años!), de cómo se viva y disfrute o padezca la misma depende solo de uno. Aquí no hay consejos que valgan ni buenas intenciones, solamente la decisión intima de vivir y disfrutar de las pequeñas cosas, de arrinconar temores y rencores, de crear momentos dulces y echar a la cuneta los dolorosos, dejando en el camino lo malo y desagradable, encarando el futuro con esperanza y la alegría de que uno vive y trata de seguir adelante, aunque sea con dificultades, pero siempre adelante.
Ya no es cuestión de que uno se sienta bien, hay que hacer que los que te rodean, compartan contigo esa alegría de vivir, de poder levantarse cada día y dar gracias por ver el sol, por sentir el frío de la mañana y quizá por padecer ese dolor incordia, que en el fondo no hace otra cosa que recordarte lo frágil que eres, pero también que estas vivo.
Los últimos días han sido tristes, no obstante, uno ha encarado esa tristeza con dos armas muy poderosas, LA ESPERANZA y el HUMOR, un humor que ha podido parecer a alguien, fuera de tono, cuando tratando de romper la seriedad de determinadas situaciones he comentado:
Menos mal que el refrán dice- "parece que nos ha mirado un tuerto"- pues si dijera-!parece que nos ha mirado un cojo"- a mi me habrían tirado ya por la ventana. La mayoría de las ocasiones he logrado arrancar una sonrisa, y de eso se trata, de hacer reír, de descargar tensiones, pues estas vienen solas y nunca son buenas compañeras de camino.
Hay armas mas poderosas que las de fuego, incapaces de lesionar a nadie, pero capaces de desarmar al enemigo mas fiero, al que viene con ganas de guerra y al que es incapaz de asumir que sus semejantes pueden ser superiores en algo a él mismo.
Una de esas armas, es la sonrisa, que unida al humor inteligente y no grosero son capaces de desmontar argumentos airados que expresados a voces y con malos modales pretenden justificar en ocasiones lo injustificable.
No hace mucho hablaba en este blog del cabreo nacional, ese cabreo que ya se ha asentado en casi todos los españolitos de a pie, aumentado por la situación de crisis actual y la presión generalizada de las deudas, hipotecas, paro, jubilaciones anticipadas, etc.
Solamente cuando alguien, es capaz de hacernos reír, olvidamos los agobios diarios, las prisas, el mal humor y llegamos a prestar mas atención a lo que nos cuenta, teniendo una mejor predisposición a los posibles argumentos que pueda esgrimir entre broma y broma.
Todo esto, que puede parecer una tontería, en el fondo lo es, por lo obvio, pero me ha servido en más de una ocasión para amansar interlocutores airados, impacientes, intransigentes, nerviosos que a diario se nos presentan en el trabajo.
Tengo la satisfacción personal, de haber superado en más de una ocasión la prueba y cada día, mientras me afeito, y tras preguntarme ¿cuando me hice yo esta foto de carné tan grande?, ya voy preparándome para la lucha cotidiana mentalizándome ante el espejo de que el humor, el buen humor se entiende, me va a ayudar durante todo el día. Haced la prueba, recordar un chiste gracioso al levantaros y veréis como la mañana se da mejor.
Ahi os dejo uno...
"El otro dia ligue con una extranjera, que me dijo que me enseñaria el Bulgaro... y resultó que era un idioma"...

jueves, 29 de marzo de 2012

Poner una sonrisa en cara ajena...

Crear, dejar constancia de mis sentimientos y vivencias, compartirlos con amigos, llegar a la conclusión de que no hay nada nuevo bajo el sol, en cada renglón que redacto y releo antes de publicarlo. Son ya siete los años que llevo escribiendo entre este blog y el extinto (.es) que me dejo colgado. Siete años de mi vida en los que ha pasado de todo y he ido dejando a mi manera constancia de cuantos momentos divertidos unos y preocupantes otros, me han hecho sentir, padecer, disfrutar, estremecerme o alegrarme con cuantos relámpagos han marcado alguna huella en mi camino.
Muchos han sido los lectores a tenor de lo que indica la estadística de visitas del blog y muchos los que han dejado su comentario. Nunca tuve que borrar o censurar ninguno, pues el respeto con que se ha entrado en esta vuestra casa ha sido digno de encomio. Día a día me llegan noticias de que este espacio es seguido con cariño e interés por todos cuantos tienen conocimiento del mismo. Mi agradecimiento a todos. Uno no pretende otra cosa que ejercitarse en el arte de la escritura en el que soy un entusiasta principiante, volcando mis vivencias e inquietudes, siempre con el fin personal, de desahogar malos momentos o compartir emociones que de otra manera quedarían en el olvido del silencio.
Hoy alguien me decía, “pones una sonrisa cada tarde en mi cara y terminas por que mis preocupaciones parezcan nada a través de tu mirada, esa mirada que he aprendido a usar leyéndote una y otra vez cada día”.
No hay mayor honor y satisfacción que haber sido la causa de esa sonrisa, que me anima a seguir contando cada día un destello de mí existir, fogonazos de una batalla diaria o chispazos de una traca que algún día tendrá su final.

martes, 27 de marzo de 2012

Estado obsesivo...

Seguía dándole vueltas a lo ocurrido durante el día y aunque por todos los medios trataba de distraer mis pensamientos en otras cosas no me era posible. Supongo que os habrá ocurrido en muchas ocasiones que una idea se fija en vuestra cabeza (cual melodía machacona) y aunque uno trate de desterrarla, ahí sigue, dale que dale volviendo al mismo tema, que no encuentra solución o aclaración razonable. Encendí el televisor, comencé a leer un libro, pase paginas y páginas de prensa sin apenas ver su contenido, pinché mi disco preferido, me fui a la cocina y preparé un café, saque del cajón de los medicamentos un paracetamol para calmar el dolor de cabeza y opté por salir a la calle a dar un largo paseo con mi mujer a la que posiblemente terminé aburriendo con esa idea obsesiva que se había apoderado de mi, aunque ella no dijera ni pío y asintiera a cada uno de mis razonamientos, a los que no puso ningún reparo y entiendo que por encontrarlos todos ellos razonables ya que en caso contrario y como es habitual me haría aportado algún enfoque distinto y abierto los ojos en alguna de las cosas en las que podía estar cegado.
Llegó la noche y rendido por tanta elucubración traté de conciliar el sueño, pero una y otra vez, obsesionado, fui incapaz de conseguir el reparador descanso. Si hubiera sido en otra época, seguramente me habría levantado y encendido mas de un cigarrillo, pero no, en esta ocasión, permanecí en silencio para no molestar y supongo que terminé por dormirme.
Esta mañana, me he arreglado, afeitado y desayunado con la misma idea en la cabeza y una pregunta que siempre se ha estado repitiendo durante todo el tiempo ¿Pero es que nadie es capaz de ver y mucho menos valorar lo que uno hace en su trabajo? ¿Será que no se vender mi labor diaria y solo se cual burro, al que ayer aludía, trabajar y trabajar sin esperar otra cosa que la satisfacción personal? Treinta y un años trabajando no me han hecho escarmentar ni aprender las “mañas” de otros que saben “escaquearse”, alumbrar como éxitos propios los éxitos de otros, retrasar su labor para que parezca que tienen mucho que hacer y echar balones fuera para que los recoja el compañero.
Parece mentira que a estas alturas del partido uno comience a estar desencantado ( No estoy diciendo desincentivado ni derrotado, pues mi amor propio me lo impide) Seguiré dando todo de mi y volcándome en un trabajo que me gusta y hasta el momento salvo algún momento puntual, no me ha dado mas que satisfacciones.
No diré que me ocurre, a nadie importa, solo expreso un sentimiento que nunca creí llegara a poder sentir y que desde hace unas horas mantiene parte de mi enredado en una pelea para volver a mi estado habitual de optimismo y esperanza, que seguramente volverán en unas horas y todo me parecerá un mal sueño.

lunes, 26 de marzo de 2012

Solo era un pobre burro...

Dicen que los burros no protestan aún cargándoles de más mercancía que la que pueden transportar. Conozco alguno de dos patas que sigue esa costumbre de sus congéneres a los que pocos valoran y  sin embargo todos utilizan sin medir la carga de trabajo que sacan adelante ni piensen que el pobre animal pueda llegar un momento en que su carga termine con sus fuerzas, sin haber protestado en ninguna ocasión.
Abundando mas en el asunto, encima “ser burro”, no prestigia nada, burro es un pobre animal, (nunca tendrá la prestancia del caballo, ni la gracia de la cebra, ni la agilidad del camello, ni el aguante de la llama) siempre con la mirada triste, (aunque su espíritu sea alegre) en silencio soporta situaciones en las que cualquier otro animal habría enseñado los dientes, ¡pero no!, nunca se revela, nunca retrocede en su camino y siempre termina su jornada donde otros mas veloces y ligeros, con mas fuerzas y aguante, concluyen dando por finalizada su caminata antes de llegar a la meta marcada. Simplemente asume que es un burro y se adjudica labores que otros no son capaces de asumir. Noble en el trato, supongo, juzga descortés negarse a seguir cargando pesos que no le corresponden, quizá, nunca aprendió la palabra ¡No! Y si la llegó a conocer le perece incorrecto utilizarla. Burro será hasta la muerte y una vez fallecido nadie recordará cuantos quintales cargó a sus espaldas o cuantos caminos recorrió que otros animales se negaron a recorrer, ¡Solo era un burro!, burro de carga que no supo decir ¡No!

viernes, 23 de marzo de 2012

Una tarde del pasado...

Caía la tarde de un día lluvioso, tras los cristales del balcón apenas se distinguían las torres e la catedral y el Campo San Francisco, aparecía vacío y triste en aquella tarde otoñal…apenas unos pocos viandantes se esforzaban en subir la “cuesta de Moneo”, luchando contra el aguacero y el viento, una ráfaga de aire arrancaba un paraguas de las manos a un caminante, mientras las copas de los árboles parecían saludar meciendose con viento,a los aventureros que se atrevían a caminar con aquel tiempo, la vieja camioneta del butano, paraba a la puerta de casa, al lado del Seat 600 de mi padre y de la moto de Bernadi, vecino del tercero, el guardia urbano, se había bajado de su pedestal cobijándose bajo los aleros de la antigua facultad de medicina, mientras la luz de la tarde se hacía mortecina, ¡Otro día más sin poder salir a la calle!...sentado en un sillón, las muletas apoyadas en el borde del reposabrazos, pasaba las horas entre Lecturas de ,Enyd Blyton y Los Cinco magníficos, Emilio Salgari, los inventos del TBO con su incomparable profesor, Tintín y el tesoro de Rackman el Rojo…Hacía pocos días que me habían operado, no podía moverme apenas y por aquel entonces solo había una cadena de TV, en blanco y negro llena de toros y fútbol, que aburría y aburría a conciencia.
La escayola molestaba aquél día mas de lo habitual y con 7 años, estarse quieto era casi imposible, un suplicio mayor que todo lo pasado en el quirófano y en el postoperatorio, para un “rabo de lagartija” que no paraba ni un solo instante.
Cuantos recuerdos, me trae la casa del “Grupo Mariano”, frente al Campo de San Francisco, esa casa que lleva cerrada mas de 17 años... hoy he vuelto a pasar frente a ella y por un momento la imaginación me hizo ver a mi madre en el balcón, regando sus plantas, pero…ya no había plantas, las persianas estaban bajadas y mi niñez se fue entre aquellas paredes, hoy vacías esperando una nueva vida.

jueves, 22 de marzo de 2012

La caida...

Sentada en el suelo, había resbalado como tantas veces me había ocurrido a mí, en su mirada trataba de ocultar quizá el dolor, mientras una sonrisa que posiblemente encubría su frustración, iluminaba su cara. ¿Que te ha pasado?, ¿Te has hecho daño?,… No, pero ¿puedes ayudarme a levantar? La sonrisa dibujó esta vez mi cara mientras contestaba ¡Estamos buenos!, no se yo si con tus fuerzas y yo con las mías lograremos hacer las de uno solo para levantarte.
Sus brazos y piernas, casi esqueléticas dejaban ver aquella enfermedad degenerativa que hace años la consume, ya esta muy avanzada. Miré alrededor buscando ayuda y estábamos solos, por lo que extendí mis brazos hacia el suelo y ella los suyos agarrándose a mis muñecas. Sentí que las fuerzas en mi eran mayores de lo esperado ¿O quizá es que ella pesaba tan poco?... tiré con tanta fuerza que casi pierdo yo también el equilibrio. Logré ponerla en pie y agarrándose a la balaustrada me dio las gracias. ¡Vaya dos que estamos hechos!, cualquiera que nos vea pensaría y ¡estos dos a que juegan!, pues si…respondió, muchas gracias. De nada, ¿Te has hecho daño?, ¡No!, ya estoy acostumbrada a caer y casi nunca me hago daño. Es verdad, a mi me ocurre igual. En ese instante apareció una joven que siempre la acompaña, había ido a buscar una silla de ruedas para subirla hasta casa y en ese tiempo, había ocurrido esta pequeña peripecia que hoy os he contado sobre una joven vecina que padece una enfermedad degenerativa.
Cuando me despedí de ellas sentí… ¡Que se yo lo que sentí!...mis fuerzas no estaban tan mermadas como para no ayudar a otros, siempre hay alguien que esta peor que uno y al que se puede ayudar y por lo que veo no soy el único que acaba con sus huesos en el suelo, menos mal que la costumbre y quizá los reflejos adquiridos con tanta caída, hacen que estas nunca tengan  otro resultado que un pequeño susto y quizá para nuestros adentros un pequeño cabreo por lo patosos que no estamos volviendo.

jueves, 15 de marzo de 2012

¿Por que no plantarle cara?...¡Solo es "miedo"!

¿Quien no ha sentido el miedo alguna vez?, miedo ante una enfermedad (real o imaginaria), miedo ante una situación inesperada en la que uno se siente en peligro y quizá el miedo a perder la vida, miedo ante un conflicto en el que no se controla nada, ni siquiera a uno mismo que pierde la noción de la realidad, y la imaginación se dispara haciéndonos temer mil cosas que luego y por fortuna nunca llegan a producirse.
Ese miedo, también lo he sentido yo… miedo ante una enfermedad inesperada, miedo a una prueba médica que podía poner en peligro mi vida, miedo a no saber  cual podría ser mi futuro laboral en tiempos de cambio, miedo a que los hijos encuentren dificultades en su camino, miedo a perder las fuerzas cuando uno mas las necesita, miedo al propio miedo.
Ayer un amigo colgaba en su Facebook  un comentario sobre el miedo que había pasado durante un atraco en su trabajo. No es fácil imaginar que puede estar pasando por su cabeza, no es fácil tampoco ponerse en su lugar y tratar de darle ánimos, pues el miedo, ese miedo que se debe sentir en situaciones como esa, queda grabado en el alma y quizá tarde mucho en salir de su escondite.
Se lo que es sentir el miedo a la muerte (ya me ha pasado aviso en alguna ocasión de que no soy eterno), se lo que es sentir miedo ante un augurio negativo de los médicos (mi particular 11M del 2004 lo pasé mirando, sin ver aquellas trágicas imágenes que eran superadas por otras en las que me veía en silla de ruedas, ayudado por mis hijos y mujer a poder llevar una triste vida que por fortuna no se ha producido) Hoy, cuando el tiempo ha pasado y aunque el miedo sigue presente cada día, he terminado por aliarme con él y convivir con su presencia, por asumir que el miedo es un sentimiento mas como la alegría de seguir vivo, como el júbilo de ver avanzar a mis hijos, como el regocijo de ver amanecer cada día. Dicen que si no puedes con tu enemigo, hay que aliarse con el. Yo, cada día le doy los buenos días y cada día termino por ganarle la partida.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Volver...(el recuerdo del idolo, de un padre con buena voz...

Ayer mientras conducia con la radio puesta, una vieja melodia invadió el habitáculo..."Volver...con la frente marchita, la nieves del tiempo, platearon mi sien...sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada... que febril la mirada te busca y te nombra..."
De nuevo el recuerdo de mi padre...imitador impenitente de Gardel y Acuña... ¡No lo hacía mal de verdad!...el sentimiento y la voz puestos en el tango que siempre cantaba por Navidad a petición de toda la familia... Cuantos recuerdos y que razón tenía la letra del tango.
Cada vez que lo escucho siento la presencia de mi padre... no se aún despues de 60 años si creer en el más allá, pero si estoy seguro que una fuerza entre nostalgica y triste me invade con cada nota de la melodía, como si mi padre estuviera mi lado cantando y siempre en momentos de bajón...(tambien es casualidad que la oiga siempre en esos instantes ¿verdad?.. pues es así), el susurro desgarrado me da nuevas fuerzas, el tiempo... todo lo arregla..."veinte años no es nada"...cuando uno ya tiene "las nieves del tiempo plateando mi sien" y pese a los achaques la intención de pasar muchos años aún viendo crecer a los mios envejeciendo a lado de una maravillosa mujer con la que compartir cada instante.
"Volver"... a mi Asturias querida, de la mano de los mios es mi añoranza continua que quiza cumpla no tardando mucho

lunes, 12 de marzo de 2012

La verdad no está en Internet...


Hace ya varios años, tuve la mala fortuna de tener una de esas caídas tan frecuentes que por serlo no llegué a prestarle la atención debida y que con el tiempo, el dolor inicial, fue convirtiéndose en crónico y me hizo acudir al traumatólogo que me remitió al neurólogo y luego al rehabilitador, descubriendo entonces que padecía una secuela (síndrome) consecuencia de la Polio, de la que los especialistas apenas tenían información.
Mi error inicial, fue acudir de inmediato a Internet para obtener información y he de confesar que tras haber tecleado en Google, “síndrome postpolio” y entrado en la primera Web que encontré, el alma se me cayó a los pies…historia que ya relaté en alguno de mis post.
Creemos que todo lo que hay en Internet, es cierto, que lo podemos tomar al pie de la letra y se encuentra bien estudiado y documentado…¡Craso error!...en mis horas de navegación he podido encontrar de todo, desde estudios claros , profundos y documentados a “chapuzas” con falsa información no contrastada que puede hacer mas daño que bien. Tomar con ingenuidad, al pie de la letra lo que aparece en Internet, esta ocasionando según puedo deducir por comentarios de amigos médicos y de mi mujer, una avalancha de consultas innecesarias, alarmantes saturando las consultas, las salas de espera y a veces lo que es peor, llevando a una serie de auto tratamientos que en el mejor de los casos son inocuos y carentes de toda efectividad.
Tomar la información sin filtrarla, analizarla y siempre ponerla en entredicho nos puede llevar a pensar que el Área 55 esconde realmente secretos de mas allá de las estrellas, que la luna nunca fue pisada por ningún ser humano y todo fue una representación teatral muy bien orquestada o que uno puede adelgazar 20 kilos en una semana con tratamientos maravillosos avalados por unas fotografías de un antes y un después de un modelo que en la mayoría de las ocasiones no es la misma persona…
Internet ha supuesto una revolución en nuestras vidas, aquello que comenzó hace no muchos años, siendo un simple experimento de envió de ficheros entre dos universidades Norteamericanas para poder compartir información científica entre dos departamentos, hoy es el medio de comunicación mas fuerte de la historia de la humanidad, superando a la prensa y la televisión, pero sin limites ni censuras previas, sin controles exhaustivos ni verificaciones, todo se da por bueno y hasta este comentario sobre Internet, terminará siendo leído sabe Dios por quien, donde y cuando, en algún punto del planeta y quizá no entienda que alguien pueda poner en tela de juicio un medio de comunicación tan extraordinario como este, que lo mismo puede servir de divertimento, como escaparate de mercancías, publicación de sesudos estudios, comunicación encubierta de planes terroristas o vehículo de apologías varias.
Todo es posible en Internet y con Internet, la única precaución es “no creerse todo” lo que vemos, leemos y oímos.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Aquí hay algo que no funciona...

No se si yo ya estoy mas para allá que para acá, pero hay situaciones y cosas que uno no llega a entender por mucho que me las expliquen. También es cierto que las explicaciones que uno recibe no son capaces de convencer a nadie, por lo ilógico e irracional de las mismas.
¿Que a que cuento viene esto?, pues es muy fácil: No hace mucho pasé una revisión de valoración medica (voluntaria)sobre mi incapacidad, ya que no la pasaba desde el año 1978 (Ya ha llovido desde entonces, ¿no creéis? y tocaba). En esta ocasión aporté un amplio legajo de informes de neurólogos, traumatólogos, médicos de medicina vascular etc., que hubieran bastado para demostrar que desde el año 78 hasta hoy ,por desgracia, uno no esta en condiciones iguales a las de aquel año en el que me concedieron una valoración de un porcentaje de incapacidad que aún conservo en un certificado expedido en aquel año.
¿ Sabéis cual ha sido el resultado de esta última valoración? Pues que…Como los baremos han sido cambiados, no solo no me aumentan la baremación (el porcentaje de incapacidad) si no que me la reducen, (así como lo escribo y leéis) , a pesar de todo y todos los informes, me bajan  SEIS PUNTOS… ¡Ole la burocracia y la política reductora de todo!,(¿También quieren ahorrar con esto?) ahora resulta que a pesar de algo tan evidente (y que salta a la vista solo con verme) como que uno no esta en las mismas condiciones que hace TREINTA Y CUATRO AÑOS, para estos burócratas dirigidos por políticos designados a dedo (o a golpe de carnet del partido, tanto monta...) sin conocimiento alguno del tema, ¡Yo estoy mucho mejor! ...¡Pues que bien!, tendré que volver a pasar otra revisión nueva a ver si de una vez por todas son capaces aunque solo sea estadísticamente, para dejarme como nuevo y por primera vez en mi vida poder salir corriendo.
No es esta una situación puntual y me temo que no será tampoco la última ni la única. Llega a mi conocimiento que hay casos tan sangrantes como el del una pequeña “ciega de nacimiento” a la que no se da ninguna valoración de invalidez, pues le exigen “un certificado de la graduación de la vista”. Pero aquí ¿quien es el ciego?
Si me pongo, no pararía de contar casos similares y quizá hasta más llamativos. No entiendo que ordenes se pueden haber cursado desde instancias superiores (cada vez hay mas mandamases duplicando y triplicando cargos inútiles en una administración que no funciona y en la que al que no inventa algo, por absurdo que sea lo echan). Antes había una administración única, quizá hasta con menos medios, quizá con menos personal y ¡esto funcionaba! (llamarlo: Instituto Nacional de Previsón o como querais, yo hoy a ciencia cierta con tanta sigla ya no se donde tengo que acudir).
Mi caso no tiene la mayor importancia, uno seguirá defendiéndose como pueda y malditas valoraciones de este estilo que me hacen falta, pero si esto sigue así, terminarán por decir que “no hay parados”, pues todos se mueven, ni ancianos impedidos, pues aún pueden respirar y quejarse, (aunque no sea todo lo que debían), ni jóvenes que no encuentran empleo si no jóvenes que están en la cola de espera, esperando a que alguien deje un puesto para que puedan ocuparlo. Por una vez en la vida y sin que sirva de precedente, ¡Me quejo! ¿Verdad que da asco?...

martes, 6 de marzo de 2012

Tan solo...21 gramos...


21 gramos, dicen que pesa… Cuando el cuerpo humano llega a su final y el alma abandona su envoltorio físico, dicen que este pierde el peso de 21 gramos.
21 gramos de alma, en los que se va toda una vida llena de alegrías y penas, quizá el sentimiento imborrable de haber perdido un padre a los 25 años, su ejemplo que durante ese tiempo marcó el comportamiento de uno, para toda una vida. Las largas horas de aquellos 107 días en el hospital velando una enfermedad que terminó con la vida de una madre. La fortuna y dicha de haber encontrado un amor, cómplice y duradero con quien compartir cada instante y formar una familia. La alegría y desconcierto ante el llanto de unos pequeños recién nacidos que iniciaban su andadura en esta vida y que hoy llenan de alegría a un padre que ya comienza a sentir el peso de los años.
Las interminables horas de rehabilitaciones que nunca llegaron a ningún sitio, pues todo tenía un límite y este nunca se sobrepasaba. Los largos veranos de la niñez junto a un Cantábrico nunca olvidado y siempre sentido, en una tierra amada cuyo recuerdo esta siempre presente.
Aquella casa en la que transcurrió la niñez y desde la que a través de sus grandes balcones se veía las catedrales de una Salamanca siempre tranquila y acogedora.
Las clases de derecho en la facultad, de la Plaza de Anaya. Viejos compañeros a los que hoy he perdido la pista pero que siguen presentes en esa orla de tonos grisáceos y fotos añejas.
La pelea diaria con un trabajo que ha marcado una vida y en el que satisfacciones y sinsabores han estado presentes durante más de treinta años. Viajes de trabajo y de vacaciones inolvidables que me llevaron por medio mundo y en los que sentí por un momento, que podía seguir el ritmo de los que me acompañaban sin ralentizar su marcha ni entorpecer su camino.
21 gramos solamente para llenar toda una vida y de los que nadie sabe a ciencia cierta donde irán a parar cuanto el tiempo termine por agotar este viejo cascaron que aún sigue empeñado en seguir acumulando vivencias y disfrutando de una vida que terminará por llenar esos 21 gramos de alma, a veces dolorida, a veces inocente, pero siempre feliz de la vida que le ha tocado vivir…

lunes, 5 de marzo de 2012

La sonrisa perdida...

Hay días, en los que uno no está para nada, ¿verdad que os pasa todos?, si solo me pasara a mi ya seria para preocuparme, pero mal de muchos, ¡consuelo de tontos!, pues eso… hoy es uno de esos días en los que ya desde primera hora de la mañana tengo la dolorosa compañía de una punzada en la cadera, ¡Vaya por Dios, otro dolor nuevo! Y es que los dolores nuevos se soportan peor que los ya conocidos, a los que uno termina por acostumbrase tanto a ellos que si algún día no aparecen se les echa de menos, y es que ¡terminas cogiéndoles cariño!.
La verdad es que nunca fui un “quejica”, más bien todo lo contrario, nunca demostré cara a la galería los dolores que he llegado a sentir y los disimulaba con alguna broma o salida de tono a destiempo que en el fondo desahogaban algo y terminaban por hacerme reír a mi también, con lo que terminé por llegar a la conclusión de que la risa, es un antídoto contra el dolor.
Hoy ni los chistes malos de mi apreciado Arguiñano, han hecho efecto, pero al menos han logrado que pase un rato riéndome, mientras comía viendo la TV.
Y es que la risa, esa que explota inesperada ante una situación divertida, debería de ser moneda de cambio diario ante tanta cara seria como uno se cruza en el camino. No se si son los tiempos que corren o que ya nadie es capaz de encontrar el lado amable de las cosas, pero son muy pocas las ocasiones en las que uno ve a gentes con la sonrisa en sus caras, esa expresión que dulcifica el rostro y hace parecer hasta al menos agraciado, una persona luminosa capaz de resplandecer entre tanto cariacontecido.
No es fácil, no, sonreír ante un futuro incierto, ante un alubión de malas noticias en cada informativo o en cada nota de prensa, pero al igual que cuando un dolor me asalta, termino por encontrar la parte graciosa de una noticia o la parte amable de algún suceso en el que siempre el patinazo de un periodista o el desliz del entrevistado acaban dejando un resquicio a la sonrisa, esa sonrisa que busco en las gentes que me rodean y que no suelo encontrar, en fin terminaré sonriendo en esta tarde que ya termina, aunque solo sea para iluminar los rostros de los que me rodean.

domingo, 4 de marzo de 2012

El agradecimiento...


Hace poco leí un articulo de Javier Marías que hablaba del AGRADECIMIENTO, advirtiendo del peligro de los regalos y poniendo el punto sobre la costumbre arraigada de hacer favores con la intención de cobrar los mismos. Hablaba de una costumbre entronizada, a la que calificaba de mafiosa. (No se puede negar luego nada a quien te hizo el favor y siempre quedas atado al mismo por un lazo invisible e interminable) Uno recuerda tiempos en los que era habitual la famosa "recomendación". Tan usada que hasta cuando uno moría, en la misa de funeral se hacia "la recomendación del alma". (Hasta para entrar en el Cielo hay que estar recomendado).
Siempre fui contrario al uso de esta práctica y habiendo tenido oportunidades de practicarla siempre me negué a ello por entender que al final acabas agradeciendo lo que no era necesario, pues nadie se movía en realidad para favorecerte y si algo salía bien era por meritos propios y no por que alguien hubiera echado una mano.
El agradecimiento sincero, es aquel que no tiene publicidad ni necesita manifestarse en regalos, pero la practica dice que no es así y se siguen viendo situaciones en las que un traje, un bolso, una joya hacen las veces de pago a un favor recibido, es entonces cuando el favor y agradecimiento, pierden su sentido dejando de serlo para ser una mera transacción económica en la que a veces se persiguen objetivos inconfesables.
Agradecer es de bien nacidos, según me enseñaron mis progenitores y hoy hay que hacerlo con sumo cuidado y delicadeza, evitando malas interpretaciones, ofender al benefactor y evitar suspicacias.
Uno agradece muchas cosas en esta vida, el poder levantarse todas las mañanas y sentir el sol o el frió de la madrugada, agradece tener un café caliente y la compañía de los seres queridos, que los dolores sean soportables y que el trabajo sea llevadero, que quienes comparten la jornada con uno lo hagan de buen talante, que al llegar la tarde y cuando el cansancio hace ya mella, uno pueda sentarse con la conciencia tranquila y el animo entero, para charlar un rato frente a un café, sin tener que entregar a cambio otra cosa que el cariño y afecto a quienes se lo ganaron durante la jornada.

viernes, 2 de marzo de 2012

¡Es solo un sueño!...Dr. Freud...

Me hubiera gustado hablar un rato con el Sr. Sigmund Freud. Desde hace muchos años, se repite en mis noches un sueño, pero antes de entrar en él, he de deciros que curiosamente en mis ensoñaciones nocturnas, no cojeo, no necesito la compañía de mi inseparable bastón ni el aparato ortopédico, soy capaz de subirme a unos patines (Siempre envidié a mis hijos cuando los veía deslizarse sobre ellos), trepar ágilmente escaleras arriba, e incluso caminar sin sentir cansancio o dolor, Quizá, en este estado onírico (debo intentar soñarlo algún día) pueda correr en una maratón ¡y yo sin saberlo!…Pero volvamos al sueño, una y otra vez se repite en el mismo algo extraño, quizá mas extraño y fuera de lugar, que lo que os he relatado antes, ¡Puedo volar!...si, habéis leído bien, soy capaz de levantar el vuelo (aún mas que Teresa de Jesús la cual al parecer levitaba) solo con extender mis brazos a modo de alas y rozar las copas de los árboles cual halcón peregrino, hacer cabriolas entre cielo y suelo observando desde las alturas lo pequeñas que se ven las gentes que en tierra arrastran sus existencias.
Libre de ataduras siento el aire rozar mi cara y en esa levedad me siento capaz de todo, capaz de superar los golpes de la vida, lograr metas inalcanzables y cumplir otros sueños, que por serlo, sueños son.
No sé que significado tiene y mucho me temo que el Dr. Freud todo lo encaminaría a cuestiones sexuales, (como solía hacer siempre), equivocándose de medio a medio y terminaríamos discutiendo. Muchas veces he elucubrado sobre el sentido de esas ansias de volar que revelan mis sueños, (independientemente de mi gran afición y admiración por la aviación) de esa necesidad de sentirme sin ataduras y la única explicación posible y posiblemente la mas cercana, es que sin yo saberlo, en el estado consciente me puedo sentir limitado, atado, constreñido a una situación física a la que por regla general no doy importancia pues convivo con ella casi desde mi nacimiento. A veces, he bromeado diciendo que si algún día fuera a Fátima (por ejemplo) y en mi se produjera un milagro y llegara a caminar como todo el mundo, terminaría seguramente por sentirme extraño e incomodo, ya que nunca pude caminar bien y para mi seria algo chocante e inusual.
En fin, seguiré soñando sin tener certeza de a que hacen referencia mis sueños, tampoco importa mucho, pues los sueños, ya se sabe, sueños son y la realidad termina por imponerse cada mañana al despertar.

jueves, 1 de marzo de 2012

El futuro...de ayer...

Hace muchos años la percepción que se tenia del futuro pasaba por cosas tan peregrinas como que en el año 2000 (y ya ha llovido desde entonces), las ciudades estarían llenas de coches voladores y todos vestiríamos de blanco con una especie de peceras en la cabeza, las comidas se cocinarían solas con poner el menú escrito en una especie de horno y las comunicaciones se harían a través de una especie de relojes con una pequeña pantalla de TV (Aquí no se equivocaron mucho). Ver una película de ciencia ficción  de los años 50 puede causar una sonrisa ante la ingenuidad de las situaciones descritas y los artilugios empleados. Naves espaciales de aspecto de un cohete V2, a tamaño gigante, llenos de interruptores y manómetros de la época, (aún no conocían los leed ni los botones, pues no se veía ninguno y si reóstatos gigantes)  toscos asientos futuristas y trajes espaciales con apariencia de monos de trabajo a los que se añadía algún logotipo extraño unas hombreras a modo de cordón enroscado y como casco una gran bola de cristal.
Siempre hay excepciones, algunas imitadas en la actualidad como la estenografía de “Metrópolis” de apariencia caótica, en las que las ciudades han crecido hacia arriba con grandes rascacielos unidos entre si por vías de ferrocarril y carreteras elevadas.(ver  “el quinto elemento” o “Blade runner”
Ya Julio Verne anticipó multitud de artilugios imaginarios en aquel entonces (quizá basándose en ideas de Leonardo Da Vinci o en quien sabe que…) y que hoy son una realidad, un submarino atómico, una televisión, una bala de cañón desplazándose hacia a luna, un viaje al centro de la tierra. Aquella frase de… “Lo que un hombre puede imaginar otro puede terminar realizándolo”, solo es cuestión de tiempo. La tecnología avanza cada vez mas rápido, parece como que los grandes descubrimientos hubieran entrado en una espiral acelerada por las comunicaciones ( léase Internet) en la que lo imaginado tan solo hace unos pocos años es ya una realidad. Quizá algún día la quimera del santo Grial, con el poder de hacernos inmortales llegue a hacerse realidad, quizá también, esos viajes estelares que nos presentan las grandes producciones de Hollywood, terminen por ser ciertas. Solo el hombre tiene un límite físico, pero su mente rompe todas las barreras y puede llegar a imaginar lo que quizás mañana sea una simple realidad cotidiana.