sábado, 14 de enero de 2012

El edificio inteligente...

Si alguna vez os dicen que os van a trasladar a un edificio "inteligente" ¡Cuidado!, la inteligencia de estos lugares se resume en que:

Si ven entrar en ellos, por ejemplo, a una mujer con minifalda y escote, con un vestido de mangas cortas piensan...¡A esta le gusta pasar frío! y ponen el aire acondicionado en marcha. Si por el contrario ven a alguien muy abrigado, piensan... ¡A este le gusta pasar calor! Y ponen en marcha sus sistemas de calefacción a tope.

Lo que ocurre después, ya os lo podéis imaginar, aquella calurosa, poco abrigada busca inmediatamente abrigo y se forra hasta las orejas, mientras que el abrigado casi termina en paños menores, produciendo el desconcierto del edificio que no acaba de entender el proceder de sus moradores.

Si las ventanas y la luz, están controladas ciberneticamente y entra en una habitación una persona con gafas de sol, el sistema entiende... ¡A este le gusta la oscuridad! Y termina cerrando las persianas para que no entre mas luz, bajando la potencia de las lamparas halógenas. Por el contrario, cuando entra alguien sin gafas, piensa...¡A este le gusta la luz! Y abre las ventanas para que entre el sol de plano y sube tanto los lúmenes que terminan por cegar al recién llegado. El primero terminara por quitarse las gafas para ver algo y el segundo se acordará de los ancestros de quien diseñó el sistema.

Ya conozco un caso en que algún edificio de estos termina auto apagando todos los sistemas inteligentes del edificio como si de un suicidio informático se tratara y apareciendo en las pantallas de control su ultima frase... ¡No hay quien os entienda!... ¡Me rindo!