jueves, 16 de enero de 2014

Mi pequeño viaje al espacio...

Aquella extraña luz, procedía de cuatro grandes focos colgados en el techo, colocados de tal forma que bajo ellos no se producía ninguna sombra en aquella camilla de aspecto curioso y raro que nunca había visto antes. Sentado sobre ella, vi como aparecían uno a uno un grupo de personas ataviadas con batas verdes y mascarillas del mismo color, pronto reconocí a Paco (Paco era Francisco Ortiz de Urbina, cirujano infantil, que nunca me permitió llamarle Don Francisco), su sola presencia produjo en mi un estado de tranquilidad, como era habitual cada vez que aparecía, pues siempre con sus bromas lograba este efecto. ¡Hola rubiales!, me dijo, mira hoy vengo vestido de marciano y vamos a jugar un rato a las naves espaciales (¡Que bien me conocía! Sabia perfectamente que una de mis mayores aficiones era la lectura de comics de ciencia ficción y aún sigue siéndolo).¡Vale! , contesté y yo que hago, ¡Nada!, te vamos a poner una mascara de astronauta y vas a respirar hondo como si estuvieras despegando en la nave hacia el infinito, y mientras nosotros, vamos a contar para el lanzamiento, de atrás a adelante desde diez como es precetptivo. ¡Fenómeno!, respondí, Vamos… Échate aquí…Unas manos me colocaron aquella mascarilla negra, de la cual colgaba una especie de balón desinflado y comenzó la cuenta atrás, diez, nueve, ocho, siete, seis…No recuerdo nada mas, un profundo sueño se apoderó de mi casi al instante, nunca llegé a terminar de oir aquella cuenta atrás. Posiblemente me perdí el viaje espacial mas alucinante del mundo y cuando desperté lo hice en la cama del hospital, con una pierna escayolada y un fuerte dolor de cabeza. Mis recuerdos son muy vagos, apenas tenia seis años y mi imaginación desbordada, recuerda permanentemente, que me perdí un viaje espacial por haberme quedado dormido en lugar de recordar aquellos momentos como el preámbulo de una operación que según me cuentan duró mas de cinco horas. En fin, una vez mas los recuerdos se mezclan con la imaginación infantil, quizá esto fue lo que me ayudó a superar otras cuatro mas, quizá fui a ellas (no lo recuerdo bien), con la esperanza de no quedarme dormido y poder hacer de una vez por todas aquel viaje espacial del que un día me hablo Paco.