lunes, 2 de diciembre de 2013

La memoria de tiempos pasados

Salió el sol un día mas, nuevamente mientras me afeitaba repasé algunas de las tareas pendientes, siempre con la prevención de olvidar algo importante pese a que todo lo apunto en mi PDA, hasta las cosas más nimias e intranscendentes. Ya no se vivir sin mi memoria electrónica pese a que siempre presumí de tenerla buena y recordar detalles de momentos vividos con tal nitidez que parece ocurrieron ayer.
No es alzeimer, es miedo a olvidar, el olvido y sobretodo de las personas es algo que me produce inquietud, no suelo ser persona de muchas llamadas telefónicas, ni de muchos correos, pero siempre están en mi mente amigos y compañeros, familiares y conocidos allegados que un día compartieron horas y momentos conmigo.
Fueron muchos mis viajes tanto de trabajo como de placer y en ellos he ido dejando un reguero de personas y personajes que grabados en mi memoria (no electrónica) me hacen sentir bien, sentir que he pasado por la vida compartiéndola y disfrutando de grandes momentos y lugares.
Compañeros de colegio, que hoy ocupan puestos relevantes, se sorprenden cuando les recuerdo algún instante vivido en las aulas y los nombres (a veces motes) de aquellos Hermanos Maristas que sin saberlo marcaron un modo de ver la vida en sus alumnos.
El recuerdo amable de quienes vivieron a mi lado quizá momentos duros en los que la juventud pedía un ritmo mayor y supieron adaptarse a mi cansino andar, momentos de trabajo mezclados con ratos de ocio en reuniones y convenciones que me permitieron conocer recónditos lugares de la geografía española, una Galicia amable y añorada, un reguero de pueblos leoneses (Canedo, Castrillo de los Polvazares, Astorga, Ponferrada), Córdoba, con su impresionante mezquita que pude recorrer en dos ocasiones encontrando en ella rincones inesperados y sorprendentes, Valencia (¡Quien me iba a decir en aquel  entonces que a ella me uniría mi propia familia!), Bilbao y su inesperado y portentoso Gugengeim, Santander y ese gran palacio de la Magdalena donde tuve el privilegio de ser el único en aquella visita que pudo usar el ascensor que utiliza el Rey para subir a sus habitaciones (sic) (privilegio de tener la pata chula), Villaba, Coruña, Alicante y aquel castillo dominado la ciudad, donde se nos ofreció un cóctel que no llegue  a probar pues el cansancio de días pasados me retenía ante cualquier exceso. Palma de Mallorca, donde cumplí mis 50 años (que lejanos estan ya) y alguien, un compañero de viaje, lo recordó a las 3 de la madrugada enviándome un mensaje al móvil que decía, ¡Acabas de cumplir 50 tacos, me debes una copa! Barcelona, mi querida y siempre admirada ciudad a la que he prometido volver y esta vez no por motivos de trabajo y sí para compartir sus calles con mi familia enseñándoles aquellos lugares que mas me impresionaron en las múltiples visitas a la ciudad.
En todos estos lugares y muchos mas, que omito por no alargar este post, siempre tuve la suerte de encontrar el afecto de amigos y compañeros, que no permitiré que la niebla del tiempo borre de mi su recuerdo. Memoria de tiempos pasados, pilares de una vida que pese a mis limitaciones he disfrutado plenamente.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Invisible...

No sabia…(y mira que ya me lo había advertido mi buen amigo Jerónimo), que la jubilación, aunque sea parcial como la mía, tiene el efecto secundario de convertir a las personas en “invisibles”… desde hace algún tiempo vengo observando que me cruzo con personas con las que mantuve un contacto profesional y que antes saludaban en la calle y ahora, ¡ni me ven!, y mira que a mi es fácil distinguirme por mi cojera, a la distancia… debo haberme vuelto invisible.
Ojalá que esta invisibilidad sea extensiva a Hacienda, cuando haga la declaración de la renta, a Telefónica, cuando me pasen los recibos y a Acualia e Iberdrola… ¡Pero me temo que va a ser que no!
Es divertido, ver como hay quien para eludir el saludo, simula una conversación por el móvil, mira de repente un escaparate de lencería con sumo interés, (¿Estará buscando algo para su cónyuge?), o cambia simplemente de acera para evitar cruzarse en mi camino.
Pocos, muy pocos, han seguido manteniendo el saludo y el contacto ocasional, telefónicamente o parándonos en la calle para interesarse de como me van las cosas.
Todo ello, me ha servido para conocer un poco mas a la gente que me rodea y aquella con la que mi relación fue pura y llanamente profesional, interesada y por lo tanto valorada como tal y gente que ha creado lazos (partiendo de esa primera relación de trabajo) que van mas allá de lo meramente laboral.
Estos, son la excepción que confirma la regla y al menos, me hacen ver que esa invisibilidad es selectiva o en todo caso no permanente. ¡Un alivio!, pues ya empezaba a preocuparme, no sea que al cruzar algún paso de peatones, no me vieran los conductores y…
En fin, la vida es así y así os lo cuento, pues cuando os toque vais a pasar también a ser “invisibles”…

jueves, 10 de octubre de 2013

¡Si Fray Luis levantara la cabeza!...

Muchas veces, mas de las que posiblemente es prudente, confiamos en quienes nos rodean habitualmente, (fuera del ambiente familiar, se entiende), sin darnos cuenta que como bien dijo alguien, somos dueños de lo que callamos y esclavos de lo que decimos.
Si uno “pone la oreja” con cierta atención, incluso en plena calle, podemos enterarnos de las cosas mas disparatadas, e incluso intimas, por culpa de esa maldita costumbre que tiene la gente de ir hablando con el móvil y hacerlo en voz alta, (acto, que parece ser un sello español, según dicen los extranjeros que suelen hablar en volúmenes sonoros mas bajos) sin precaución ni pudor alguno,expresamos sentimientos y resentimientos sin darnos cuenta que cualquiera puede estar escuchando.
Igualmente ocurre en el entorno laboral o en cualquier lugar donde la gente este próxima entre si, como por ejemplo en una cafetería o un bar, donde las conversaciones se mantienen en voz alta por causa del ruido ambiental.
¿Quien nos escucha?... Pues no solo esas agencias gubernamentales o extragubernamentales, cualquiera puede ser el que sin quererlo incluso, recoja información que no nos gustaría saliera a la luz o fuera conocida por cualquiera.
Son las 12 de la noche, y la noche invita hoy a  asomarse al balcón, en la calle hay gente paseando y el entre el murmullo se escucha con claridad una disertación de alguien que habla con un tono de voz superior al de los demás:
¡Una mierda!... la universidad se ha convertido en ¡Una mierda!, ya no hay nadie con categoría…
Instintivamente puse mis antenas con curiosidad en dirección al lugar del que procedía aquella frase.
Un hombre de mediana edad, caminaba despacio, paseando al lado de otro que parecía escucharle con atención en su gritona disertación, dando la impresión de que sabia de que estaba hablando por pertenecer al gremio universitario.
Los Catedráticos de ahora son herederos de los que en un día dieron lustre a la nuestra universidad (prosiguió vociferando), hijos de catedrático que por “enchufe” adquirieron la plaza y que si hubieran tenido que pasar una oposición, no habrían logrado ni el puesto de profesor de EGB, otros han estado “chupando rueda”, sin haber hecho otra cosa que la “pelota” descarada, e incluso copian en sus clases los temarios de sus predecesores sin aportar nada nuevo.
Perdí la onda a medida que se alejaban, pero pude ver como más de un viandante que seguía su mismo camino, reía y asentía con la cabeza aquellas frases altisonantes (por el volumen).
Pensativo, recordé que hace ya tiempo, uno de mis post estaba dedicado precisamente a esos inútiles pululantes de pasillos universitarios, que cartera bajo el brazo, solo hacen que pasear viejos apuntes que repiten a sus alumnos como loros irracionales…Quizá tenia alguna razón, ese hombre  al decir que nuestra universidad ha perdido la relevancia y lustre de otros tiempos.
Uno echa de menos las clases magistrales, aquellas en las que cada día brillaba una luz nueva en las mentes de los doctos enseñantes, iluminando el camino de los aprendices de médico, abogado, ingeniero, físico o filólogo…Hoy, muy pocos (casi contados con los dedos de la mano), logran emular a sus predecesores. Los actuales, se limitan a colgar en Internet ficheros PDF con clases rancias y desfasadas, repetidas año tras año sin aportar nada nuevo.
La culpa, como ya viene siendo habitual, se la echan a la crisis, la falta de medios para la investigación... pero no estoy convencido de ello, antes de que reventara el sistema económico, la burbuja inmobiliaria, los bancos malos y la Señora Merkel, al frente de del sistema económico nos pusiera un suspenso en economía, mucho antes... nuestra universidad ya tenia esos “corre pasillos”, siguiendo los pasos de catedráticos tan ilustres y doctos como D. Francisco Tomas y Valiente, D. Alfredo Calonge Matellanes, D. José Luis de los Mozos, Doctores como Delgado Pinto, Enrique Gimbernat, Gloria Begé Cantón, Lamberto Echeverria y un sin fin de auténticos profesores entregados a la mas loable de las dedicaciones...¡Transmitir su sabiduría!.
Lamentablemente, yo también termine por dar la razón a aquel vociferante viandante y sentí tristeza por lo que ha perdido nuestra Universidad.

viernes, 4 de octubre de 2013

Elucubraciones de un simple "fusible"...

Levantarse y dar los buenos días sintiendo la punzada en la espalda,(Dichosas vértebras), la rodilla, el brazo izquierdo y que sé yo ya, cuantos dolores mas me acompañan desde hace algún tiempo, es a pesar de todo una buena señal... ¡Estoy vivo!.
Mi primer pensamiento es, como podéis imaginar... ¡menos mal que hoy no tengo que ir a trabajar! ,( Privilegio de jubilado, desgracia de parados). E inmediatamente me pongo a hacer alguna que otra tarea casera arrimando el hombro a tanto como hay que hacer en casa quitando trabajo a mi mujer que bastante tiene con su labor diaria.
Perezosamente suelo repasar en mi portátil o en el móvil los últimos comentarios y noticias del Facebook y la prensa diaria, raramente y por que estar sentado mucho tiempo ante un ordenador es para mi un sufrimiento indescriptible, por el dolor de espalda, suelo dedicar algún tiempo a poner al día este blog, que aunque vivo, ha perdido ( lo reconozco) algo de aquella chispa que diariamente se encendía para contar mis aventuras, desventuras y dejar una nota de humor que provocara la sonrisa en el lector ocasional, o nostalgia de tiempos pasados que cada día se me hacen mas lejanos.
A pesar de todo, seria un desagradecido y si no dijera que mi nueva situación vital es (si no fuera por aquellos dolores), “perfecta”...el tiempo da de sobra para dedicarme a leer, comunicarme con los amigos y sentir muy de cerca cada momento de mi familia echando una mano cuando se necesita.
Acabo de bromear en el Facebook con los dolores... esos avisos de que algo no anda bien...¡Qué complicados nos diseñaron y construyeron!, Que endebles y perecederos y sin embargo, nos creemos en ocasiones el ombligo del mundo, cuando todo seguirá funcionando igual aunque falte nuestro engranaje, nuestro granito de arena.
En la broma decía: En lugar del aviso doloroso que indica que algo no marcha bien...¿no nos podrían haber puesto una lucecita de aviso? Y de paso un interruptor para apagarla...
Alguien me ha llamado y preguntado ¿ Qué harían entonces los médicos? Y mi respuesta ha sido...
Supongo: que no se les llamaría médicos si no “Electrocontroladores corporales” o algo parecido y serian los únicos que sabrían que interruptor apagar en cada momento
, Pero  no...ahí sigue el dolor al que uno termina casi por acostumbrarse ¡no queda otra!...no hay interruptores ni lucecitas, somos de carne y hueso (algunos mas huesos que otros) y cada día deberíamos aprender que ni somos eternos, ni imprescindibles, ni el centro del universo. Aunque sustituibles (como si fuéramos un fusible) debemos seguir cumpliendo nuestro cometido y si es posible ayudando a otras maquinas como nosotros a cumplir el suyo, al fin y al cabo, todo esta entrelazado, todo tiene sus conexiones aunque estas sean temporales y para algo (aunque no sepamos a ciencia cierta para que y con que fin), estamos en este mundo. ¡Hagámoslo funcionar lo mejor posible! Aunque no seamos el motor principal del mismo.

martes, 1 de octubre de 2013

La fábrica

Alguien me preguntaba hace unos días, a que se debía mi parón en este blog y añadía irónicamente… ¿te han dejado las musas?...
La explicación en bien sencilla, desde hace algún tiempo un pinzamiento de vértebras no me permite estar mucho tiempo sentado y menos tecleando un ordenador, pero las ideas, ahí siguen fluyendo y guardándose en mi cerebro para cuando esto mejore y el tiempo frente a esta pantalla pueda ser mayor y mas relajado.
Hoy, haciendo, “de tripas corazón”, no he querido dejar pasar mas tiempo sin plasmar algo que viene dándome vueltas en la cabeza.



Juan, caminaba aquel día a través de los largos pasillos de su antigua fabrica, el ruido cadencioso de las maquinas, apenas le permitía oír a su acompañante que en un alarde de conocimientos, no exento de vanidad, le explicaba el funcionamiento de cada uno de aquellos artilugios que habían ido sustituyendo al personal… robots de troquelado, lijadoras automáticas, moldeadoras y soldadoras robotizadas, efectuaban con precisión la labor que antes ejecutaban gentes abnegadas y entregadas como él, que ahora no se veían por ningún lado.
Olor a aceite quemado y fluido eléctrico en el ambiente habían sustituido otros olores mas humanos aunque menos agradables.
Echó de menos las voces de sus antiguos compañeros, gastando bromas algunas veces y discutiendo otras, comentado el último partido o las últimas noticias filtradas que auguraban malos momentos laborales.
Era todo tan aséptico e irreal que preguntó… ¿Aquí solo trabajas tu?... ¿No hay nadie mas?...
Una sonrisa burlona, y casi despectiva acompaño su respuesta….
No es necesaria mas gente que cuatro informáticos, para hacer la labor que antes hacíais sesenta y tres personas, con mas rapidez y menos fallos, con mayor precisión en los acabados y sobretodo mas barato…
La mirada de Juan bajó al suelo, que impoluto y brillante, le devolvió su mirada triste, mientras pensaba…Solo somos un numero y se nos valora en monedas…aquellas promesas de ascensos, incentivos, valoraciones, exámenes, revisiones que sufrimos antaño, solo pretendían que incrementáramos nuestra labor en beneficio de los dueños de la empresa. Luego, vino la suspensión de pagos y la quiebra, ya nadie tuvo en cuenta a las personas y la venta a una empresa Americana que hoy regenta lo que antes fue hogar laboral de muchas familias.
Juan, ya no se identificaba con el logotipo, que aun presidía la fachada de la fábrica,  pese a que era el mismo bajo el que había ejecutado su trabajo durante años y en el que había puesto todas sus ilusiones.
Al final del pasillo y tras una gran mampara de cristal, varias pantallas de ordenador y luces parpadeantes, cuatro hombres vestidos con blancos monos, parecían hipnotizados ante las gráficas que las pantallas mostraban…pocos movimientos ante los teclados y ensimismamiento absoluto, aislados del ruido por unos cascos con micrófono a través de los que deberían estar comunicándose, no se si con las maquinas o entre ellos, pero seguramente, en ningún momento se atreverían a hacer una broma o comentar alguna noticia. Tan robotizados como el resto del lugar, ninguna expresión en el rostro, la mirada fija y los gestos parecían mecánicos, sin vida…
Cuando Juan salió de aquel lugar, respiró hondo, como si no lo hubiera hecho en su visita a la fábrica, sintió como el aire entraba en sus pulmones y fue cuando dejo de echar de menos su trabajo, cuando desapareció aquella sensación de vacío que le había acompañado desde que hacia ya algún tiempo fue sustituido, jubilado, por aquellas maquinas que hoy había podido ver por primera vez y sintió aquello que llaman “Libertad”…

martes, 17 de septiembre de 2013

Evolución...

Sr. Darwin, ¡Se equivoca usted!... el hombre no desciende del mono solamente también, desciende del buitre, por su rapiña y carroñería en los países tercermundistas, desciende del tigre, por su agresividad en las guerras que continuamente provoca, desciende de la hiena por el trato a sus semejantes, desciende del ratón por su cobardía ante los problemas ajenos, desciende del cerdo ensuciando este planeta y a sus semejantes, desciende del esturión nadando siempre entre dos aguas.

Buitre, tigre, hiena, ratón, cerdo y esturión, somos todos en algún momento de nuestra vida, de cada uno de ellos hemos heredado algo y la herencia no la hemos podido rehusar.

No obstante también somos, caballo noble bruto que corre en pos de la libertad, abeja laboriosa en colmenas de actividad interminable, pavo real que exhibe sus galas, león rey de nuestra jungla y protector de la familia, hormiga en igualdad con sus semejantes, delfín fraternal y alegre.

Caballo, abeja, pavo, león, hormiga y delfín, somos también en algún momento de nuestra existencia, no solo monos, Sr. Darwin, la naturaleza ha querido que tengamos un poco de cada animal que comparte este planeta con nosotros, unas   veces burro y unas veces águila, unas veces tortuga y unas veces gacela, no solo somos el mono divertido y juguetón, inconsciente de su existencia... ¡Que también!...somos el compendio de todos los animales, somos, EL SER HUMANO, con nuestros defectos y virtudes, con nuestros errores y aciertos, con nuestras capacidades y limitaciones, el único ser capaz de amar y odiar al mismo tiempo.

domingo, 25 de agosto de 2013

El barco varado

Dicen que la vida es como un mar en el que las olas no dejan quieto e inerte nada, que todo cambia y todo pasa, que al igual que en el cantar, "lo nuestro es pasar…pero haciendo camino y camino que se hace al andar"…
Para algunos nuestro camino se hizo menos abrupto, navegamos con menos olas, nadando la vida en aguas mas tranquilas, pero recordando siempre a marineros que aún siguen en la galerna luchando a diario contra rocas, escollos y resacas, sorteando tormentas para llegar a buen puerto.

Hoy mi recuerdo esta dirigido a esos “capitanes” y marineros,con los que compartí singladura, cada uno en su navío, cada uno con sus tripulantes, cada uno luchando con la tormenta diaria…¡Que la mar y los vientos os sean propicios! Yo sigo con vosotros aún en la distancia, en el silencio respetuoso de quien compartió batallas y ahora solo las revive en su memoria…Desde este dique seco, os digo...¡Adelante navegantes! Que la mar os sea propicia, mi nave quedó varada en la arena y este viejo corsario,sigue soñando batallas al lado de los que fueron sus camaradas.

martes, 20 de agosto de 2013

Lealtad...

No se por que razón, uno que debe de vivir en un mundo de marcianos, no acaba de comprender las actitudes de determinadas personas que se empeñan en hacer lo contrario de lo que piensan e incluso de lo que realmente desean. La LEALTAD (así en mayúsculas), parece ser un objeto de lujo raramente utilizado, escasamente valorado e incluso si se me apura denostado en la gran mayoría de las ocasiones.

 Si Lealtad, es decir la verdad al amigo, aunque duela, Si Lealtad, es seguir manteniendo el mismo trato con el caído, que cuando lucía en todo su esplendor, Si Lealtad, es guardar silencio en perjuicio propio para beneficiar al amigo, Si Lealtad, es no apuntar con el dedo cuando se comete un error y se busca una explicación razonable, Si Lealtad, es decir que se ha cometido un error y se ayuda a subsanarlo, sin meter el dedo en la llaga. Si Lealtad, es que aun sabiendo que te apuñalan no devuelves la puñalada causando aún mayor daño. Si lealtad es esperar a la puerta sabiendo que nunca regresará. Si lealtad es ayudar sin esperar nada a cambio.

Yo puedo decir que fui leal, Hay quien confunde muchas veces lealtad con otras cosas, lealtad no es el "pelotilleo", hacer la rosca, alabar sin ton ni son, la lealtad es callada, silenciosa, humilde, sufrida.

Lealtad siento en quien sin palabras altisonantes, te muestra un camino, te remite un mensaje de animo, te confiesa una confidencia sin tener por que hacerla, te escucha un lamento en silencio y con la mirada te envía su apoyo para seguir la senda, Lealtad es cerrar una cortina para que nadie vea tu tristeza ocultándola a miradas indiscretas, Lealtad es una palmada en la espalda cuando el animo esta decaído

¡Si he sentido lealtad!, aunque esta sea rara, soy afortunado por tener amigos y compañeros leales, en este mundo de marcianos donde la lealtad es un artículo de lujo.

viernes, 26 de julio de 2013

Pensativo...

Cae la tarde, una pesada y bochornosa tarde de verano en la que el calor hace mella en la actividad de todo bicho viviente. Indolentemente dejo caer los brazos a lo largo del sillón y me acomodo tratando de tener la menor actividad física posible, intentando mitigar el calor, siento en la cabeza una pesadez que ralentiza mis pensamientos igual que mis reacciones físicas, no obstante trato de centrarme en la conversación que a mi alrededor se esta manteniendo en la que escucho palabras que no se por que, se …van fijando con especial interés en mi inconsciente…”los años”…”la salud”…”los hijos”…”la jubilación”…”los abuelos”…”los precios”…mi cabeza, comienza a formar una idea, una nueva situación, una conversación imaginaria independiente de la que se mantiene a mi lado, quizá fruto de mis preocupaciones actuales, en las que las palabras que quedaron fijadas marcaban la pauta de una realidad.
El pasar de los años, que cada vez parecen caer con mayor celeridad, la salud que no es todo lo buena que debiera ser y que no solamente me afecta a mi si no también a los que me rodean y comparten mi vida, los hijos, unos que van saliendo del nido, que hace años creamos para protegerles y otros que aún no consiguen encarrilar su futuro, la jubilación,que ya disfruto y en la que consigo cada dia mantener un buen ritmo de actividad aportando mi granito de arena a las necesidades de la familia, los abuelos (en este caso, la abuela, única superviviente de aquella generación que habiendo pasado una guerra, supo prepararnos un camino y hoy postrada por una enfermedad, necesita de nuestro apoyo y esfuerzo en agradecimiento por sus desvelos). Los precios, quizá lo de menos (Aunque si, pueden llegar a agobiar)… quizá lo mas material y como material muy superable.
No conseguí atender a mis compañeros de tertulia, os pido disculpas, la mía fue una tertulia conmigo mismo, muy intima, muy inquietante, muy real…¿podré seguir siendo útil a los míos ahora que me necesitan y estoy disponible?.Por la noche tardé en conciliar el sueño, cosa que hacia mucho no me ocurría, y pensé, ¡mis preocupaciones son mías!, de lo que verdaderamente me importa, mas que el trabajo, los objetivos y demás, que ya son pasado. Ahora es la hora de devolver lo recibido, de olvidar mis limitaciones, mis dolores, esa espada de "Damocles" que sostengo cada día con la medicación y dedicar mi tiempo y cariño a quien tanto nos ha dado en esta vida y que hoy nos necesita mas que nunca.

viernes, 19 de julio de 2013

Fallos en mi sistema operativo.

Como en muchas otras ocasiones tome mi portátil con la intención de escribir algo divertido, contar alguna aventurilla del pasado o alguna situación divertida y no pude, solamente llegaba a las tres primeras líneas de mi intencionado inicio y luego, las musas se esfumaban, se me colgaba el sistema, una y otra vez borraba lo escrito y comenzaba a teclear dejando que la inercia dibujara pensamientos en la pantalla, una y otra vez sin conseguir centrarme en nada concreto que contar pues mi mente estaba ocupada en pensamientos que procesaba sin llegar a definirse, mi disco duro, el de "el coco", debe tener algún virus y mis anti virus y los corta fuegos, no acaban de reconocerlo y aislarlo, en ocasiones se atasca, no procesa bien y por saturación del sistema, se queda colgado. Las múltiples conexiones neuronales no son capaces de asumir la información ingente que me llega y siempre sesgada, como si los bites saltaran de un lado a otro sin saber bien en que sector colocarse. He apagado y encendido en varias ocasiones, es decir, me he ido a tomar un café, he puesto la tele, le he echado un vistazo al periódico y como no puedo resetear el disco duro pues seria volver a empezar desde cero como si volviera a nacer y mi cabeza no lo permite, solo me ha quedado la opción de esperar a ver si la línea se arregla sola como suele ocurrir en muchas ocasiones, pero nada, he tecleado comandos reinicio, intentado entrar en el sistema para ver que estaba pasando y cuando he visto el cuadro de procesos en activo me he dado cuenta de que se había enganchado desde hace unos días una subrutina que una y otra vez repetía y repetía machaconamente lo mismo, traté de borrarla y no pude, ahí seguía repitiendo imágenes inconscientes de momentos pasados, traté de aislarla y siguió invadiendo el resto de mis programas, comiendo memoria de procesamiento y evitando que hoy os pueda contar algo divertido como hubiera sido mi deseo, pero son cosas de la informática humana, mas complicada que la digital con la que nos peleamos a diario y al final hemos cogido el tranquillo, espero que el tiempo acabe desgastando esos bites enganchados y mi cabeza vuelva a ser la de antes, a procesar como Dios manda ya que no me gustaría tener que llamar a un informático humano de esos que llaman psiquiatras (loqueros, para los amigos) que nunca terminan arreglando del todo el sistema como suele ocurrir con los informáticos digitales. Espero que no se os caiga la línea a vosotros también y mañana volvamos a tener conexión.

jueves, 18 de julio de 2013

Kamikaces...

Sin Declararme anti-taurino, admirando el valor y arte que supone ponerse delante de un toro dándole capotazos y verónicas, jugando con el animal, en el ruedo y terminar en un enfrentamiento noble entre bruto y maestro con la muerte del primero y en algunos casos ,por desgracia, con la el seguno, lo que no entiendo, son las fiestas del Toro de la Vega, Los encierros de San Fermines y San Sebastián de los Reyes, los Espantos de Ledesma, el toro embolao y tantos festejos, en los que la gente se juega la vida, no por profesión y con la preparación debida, cargados de alcohol o en el mejor de los casos de simple cansancio tras unos festejos.
Es como si todo el mundo se pusiera a hacer carreras tipo formula 1 sin la preparación de un Fernando Alonso o un Marck Jené, por libre en zonas publicas y con unas copas de más.
Uno puede entender y admirar, la profesionalidad del torero, del piloto de carreras y hasta del trapecista de circo que se juegan la vida como profesión, pero con años de preparación y sentido común, con el apoyo de otros profesionales que saben lo que hacen y minimizan el riesgo que siempre esta presente.
Lo que no puedo imaginar,ni entender, es a ningún Ayuntamiento o entidad pública promoviendo carreras de turismos entre sus ciudadanos en sus propias calles o retos entre paisanos para cruzar una calle colgados de unos cables tendidos entre edificios.
Se que la tradición manda, que las costumbres deben respetarse. ¿O no?, también la ablación es una costumbre en determinados pueblos, también el burka, también la lapidación por que una mujer tome una cerveza en publico en algún país lejano.
Argumentar que son costumbres antiguas no debería justificar ninguna muerte, la vida tiene más valor que la costumbre, el uso o la tradición. Aducir que quien allí va lo hace voluntariamente, tampoco me sirve, pues voluntariamente el kamikaze circula en dirección contraria y nadie se lo permite.
No entro en si se maltrata o no a un animal, mayor maltrato reciben los ciudadanos de algún país totalitario, los emigrantes e incluso muchos ciudadanos de este país que se permite y permite jugar con la muerte en tiempos de fiesta.
En fin, no lo entiendo pero la vida es así contradicción pura.

miércoles, 17 de julio de 2013

Aquellos veranos...

El olor de la hierba recién cortada, las nubes creando un cielo gris claro, pisadas sobre un verde prado y el canto del gallo al amanecer...¡Cuantos recuerdos me traen!, de una Asturias lejana, en la que pasé mi niñez, entre ruido de carros tirados por bueyes, hórreos rebosantes de maíz, olor a salitre y montaña, canciones que salen del alma y el golpear de la sidra sobre el cristal de un vaso sujeto con mano firme.
El recuerdo de mi padre en aquel balcón, oteando el horizonte, orgulloso de su tierra y preguntando a la entonces mi novia y hoy mi mujer ...¿Gústate mi tierra?...su mano empuñando aquella caña de pescar, que era un prolongación de su brazo y su maestría en extraer de la ría Mujiles, doradas, corcones, julias y algún que otro lenguado, mientras mi madre, frente a su caballete trazaba con gesto firme perfiles y colores de un paisaje asturiano que reproducía sobre aquel lienzo que hoy cuelga en una de las pareces de mi casa.
Tiempos pasados, tiempos ya lejanos y añorados en los que mi única preocupación era sacar adelante unas asignaturas de Derecho o preparar una merienda con amigos en el monte "Somo", rodeado de eucaliptos y dominando desde su altura la vista de la mar, la playa, la Villa...
No se perdió el pasado...no... en mi recuerdo estarán siempre Alfonso, Agustín, Julio, Tino, Marisa, Gloriel, Las dos Carmenes, Carlos, mis compinches de correrías , de veranos interminables en los que se forjó nuestra amistad y en los que puedo asegurar fui tremendamente feliz al lado de mi novia que aprendió a querer a esa tierra que hoy añoramos y en la que tantos momentos felices pasamos planeando y soñando nuestro futuro...ASTURIAS...fue nuestro PARAISO...ASTURIAS..SIEMPRE ASTURIAS...

martes, 16 de julio de 2013

Quedó tanto por decir...

Hoy me he despertado con el soniquete de fondo de unas campanas tañendo en la de la cercana Iglesia de San Marcos. Al instante ha venido a mi memoria aquellas otras de la Iglesia de las Carmelitas, que en mi niñez sonaban llamando a maitines en las madrugadas del invierno y que anunciaban casi la hora de levantarse para ir al colegio. Campanas hoy mudas, rodeadas de altos edificios que han cambiado el aspecto de mi ciudad.
Las calles tranquilas en las que apenas pasaban coches, calles en ocasiones, llenas de barros, carreteras rudimentarias en las que el asfalto competía con los baches y aceras desiguales por las que caminar suponía tener que ir mirando al suelo para no tropezar con algún adoquín levantado.
¡Cuánto ha cambiado el paisaje urbano!. Los edificios han crecido en altura y apenas se ven aquellas casas de planta baja, en las que una doble puerta de maderas ya gastadas, era decorada con alguna vieja herradura o un pomo artesano.
Solo alguna vieja fotografía, me trae aquellos tiempos ya perdidos en la memoria en los que pasear por una Salamanca de fríos inviernos, relajaba el espíritu del caminante.
Hoy el ruido de las sirenas de ambulancias camino de los hospitales, los motores de cientos de vehículos circulando, el bullicio de gentes aceleradas en sus compras o quehaceres diarios, ha terminado con aquel silencio y aquella paz que respiraba mi ciudad.
Tiempos modernos donde desprenderse del vehículo para dar un paseo, parece un lujo ya olvidado.
Prisas, ruido, empujones...todo parece acelerado como en una vieja película en la que el ritmo de una manivela plasmando imágenes, era mayor que el de la vida real.
Ahora, con todo el tiempo del mundo a mi disposición, busco el remanso de los jardines por los que correteando deje mi niñez, entretenimiento de jubilado, añorando a los viejos amigos con los que un día compartí juegos en este Campo San Francisco y que le tiempo se encargó de separarnos. Recordando horas felices al lado de la que hoy es mi mujer y con la que pase horas inolvidables haciendo planes de futuro, sentados frente la vieja fuente de la que aún, incansable, sigue manando aquella agua que refresca el ambiente.
Inconscientemente jugueteaba con mi móvil y de pronto mirando hacia las ventanas de la casa en la que me crié, se me ocurrió teclear el antiguo numero de teléfono  2949...( sin prefijo como era en aquel entonces), ¿Qué esperaba, Quizá la respuesta imposible de mi madre, de mi padre, quizá del abuelo?. Habría sido fantástico poder volver a hablar con ellos, contarles que la vida no me ha tratado mal y que tengo una gran familia con la que soy feliz. Que ya he llegado a una edad en la que la jubilación me da un respiro y puedo seguir luchando por los míos con plena libertad. Donde los planes de futuro ya no son a largo plazo, pero siguen existiendo objetivos por cumplir. Decirles, que les echo de menos, que hay momentos en los que sin saber como, sigo sintiendo su presencia y vivo cumpliendo sus enseñanzas y ejemplos...Un pitido repetido, me sacó del trance...Habria sido fabuloso volver a oír su voz...¡Quedaron tantas cosas por contar!...¡Quedó tanto por decir!...

lunes, 1 de julio de 2013

La perfección de lo imperfecto...

Circuitos y relés, servos e hidráulicos, chips de memoria e infinidad de conexiones que transmiten ordenes procesadas por el ordenador central cuya capacidad parece no tener limite, maquina cuasiperfecta a la que solo faltan esos fallos que llamamos humanos y hacen del hombre lo que es. Aquel robot ASIMO, es incapaz de soñar, de amar, de odiar, no distingue entre el bien y el mal, no siente ni padece sus propias limitaciones, como hacemos los seres humanos y sin embargo, no enferma, no envejece, es practicamente eterno, resistente a golpes y caidas, para el no existe la palabra enfermedad ni la incertidumbre que esta produce, no siente el temor ante la limitación diaria ni se lamenta de su mayor limitación, la de no ser un ser humano, otra maquina imperfecta a la que el dolor puede sumir en la desesperación y el conocimiento de sus de sus males solo hace que se sienta también maquina imperfecta en la que la memoria, el sentimiento, el amor y el odio son ráfagas de su cerebro que le hacen un ser vivo excepcional, capaz de superar sus limites físicos, capaz de sentirse bien en medio de una tormenta de males que nunca parecen tener fin, ya que el final de los mismos es el final de la propia maquina imperfecta. No quiero ser robot eterno sin dolores ni achaques, no quiero ser maquina cuasiperfecta resistente a golpes y caídas, sin virus ni bacterias, sin tener que tomar esa medicación diaria que me mantiene. Prefiero ser la maquina imperfecta, esa que ama, siente, padece y se alegra, esa maquina que falla a cada poco pero que reconoce el cariño de sus congéneres y es capaz de amar, sentir y perdonar esa maquina a la que un día llegara su final y sabrá reconocerlo, quiero seguir siendo esa maquina llena de ideas capaz de expresar sus sentimientos a través de esta otra maquina sin corazón que se llama ordenador y termina siendo un almacén de memoria que nunca podrá superar a mi propia memoria, Asimo, no sabe que es compartir, no sabe que es ayudar, no sabe que es sentir, no sabe en fin, lo que es VIVIR. Quiero seguir siendo esta otra maquina imperfecta.

viernes, 21 de junio de 2013

Aprender a valorar...

Algo que me enseñaron mis mayores, es que si las acciones son importantes, más aún lo pueden ser la formas y cuidar estas, no es mas que una cuestión de educación y respeto hacia los demás, las palabras que acompañan a los hechos, la entonación, el momento de pronunciarlas, pueden llegar a ser tan importantes como la acción misma y llegar a deslucir un acto importante, si no se han cuidado.
Situaciones graves, como comunicar el fallecimiento de un familiar, la existencia de una enfermedad grave o el despido de una empresa, pueden ser menores si se cuidan las formas, si se muestra respeto y hasta empatia con el interlocutor.
Hoy, que todo se hace deprisa, sin método, sin educación, ¡por que si!...por que cada uno va a lo suyo y los demás no importan, se puede llegar a comunicar un fallecimiento con un simple…”se ha muerto”….y  ahí te quedas o una enfermedad con un…”tienes cáncer” …y te aguantas o un “estas despedido” …y “firma”…ya nadie piensa en el dolor ajeno, en la incertidumbre del otro o en el desamparo del de más allá.
 Lo mismo ocurre con situaciones festivas, como felicitar a un amigo, comunicar un premio de lotería o un ascenso de categoría, que pueden quedar deslucidos y pasar sin pena ni gloria si la comunicación ha sido “espartana”, sin gracia o a destiempo..

Por regla general el comunicante, si la noticia es mala, parece “regodearse” en la comunicación y si la noticia es buena, un asomo de “envidia” se suele dejar ver en la misiva y es que este país es un país de envidiosos mal educados, en el que si alguien asciende, todos tiran de los pies para que no suba más arriba en lugar de ayudarle a seguir subiendo como honra del genero humano al que pertenece. En esta tierra castellana, he visto grandes hombres que por sus obras merecían los honores de sus paisanos y grandes hombres que han pasado por la historia sin honores merecidos, olvidados pese a sus grandes obras.
 Nadie valora los logros ajenos y por desgracia en este mundo se busca más el fallo, el defecto, el error de aquellas grandes obras, más que el ensalzamiento de las mismas… a ningún italiano se le ocurriría buscar en la Capilla Sixtina donde Miguel Ángel se equivocó con su pincel, ni a ningún Parisino, donde Eiffel dejó de poner algún tornillo en su torre o si las gárgolas de Notre Dame guardan relación unas con otras o tienen algún fallo escultórico.
 Aquí, en este país que presume de europeo, avanzado, moderno, innovador y progresista, seguimos criticando y buscando defectos a todo lo que despunta, a todo lo que se sale de la norma, a todo lo que puede ser envidiado y de hecho lo es…el miedo a que otros nos superen en conocimientos, habilidad, intuición o capacidad de trabajo es el freno al desarrollo, al reconocimiento, al agradecimiento de lo hecho…
 De mis mayores aprendí a ensalzar y ayudar a quien aporta algo nuevo a esta humanidad y más si sus aportaciones ayudan a crear un mundo mejor, un mundo mas humano, un mundo en el que al paso que vamos, será tan utópico como el descrito por, Tomas Moro.

miércoles, 12 de junio de 2013

Mucho camino por recorrer...

Fueron muchas las horas que uno dedicó a los viajes de trabajo, hoy liberado de aquellas excursiones, suele venirme a la mente lugares, gentes y situaciones vividas durante mi vida laboral. Algunos momentos que con cariño guardo en ese gran cajón de la memoria y otros menos afortunados en los que las cifras no salían y había que dar mil explicaciones.
En el fondo de todo ello, queda un poso amable que con nostalgia unas veces repaso lentamente y con alegría de haber dejado atrás aquel camino que ya se me hacia difícil de seguir por mis achaques y el desgaste diario que no perdona hueso ni músculo.
Hoy que las horas pasan mansamente valoro aquellos instantes en los que algún compañero te echaba una mano en algún momento conflictivo o momentos distendidos en los que las bromas y chascarrillos amenizaban un descanso para el café, antes de continuar con jornadas maratonianas en las que cifras, proyectos y mil cursos terminaban normalmente al anochecer con una cena rápida (siempre suculenta, si bien es cierto) para continuar al día siguiente con mas de lo mismo.
Treinta y dos años, han dado para mucho, toda una vida dedicada a resolver problemas ajenos de clientes desconocidos, cumplir objetivos de empresa y buscar soluciones a trabas administrativas, comerciales, laborales.
Hoy es el día en que uno puede dedicarse de verdad a dar solución a problemas personales y familiares, a restaurar, en plan de distracción, aquel viejo bastón que quedó arrinconado o reparar aquel desperfecto del coche que no merecía la pena lo hiciera el chapista, Colocar los libros de aquella estantería o simplemente arreglar aquella esa puerta que tanto rechinaba en casa.
Hay tiempo de sobra para releer aquel libro que un día me regalaron mis hijos que dormitaba en uno de los estantes de la librería.
Todo transcurre con lentitud, ya no hay prisas para nada y los amaneceres son relajantes y relajados mientras uno se toma el café de la mañana sin prisas viendo como asoma en el horizonte un nuevo día.
La tranquilidad se ha instalado en mi, siento el paso de los días con la lentitud de quien no tiene mas obligaciones que las de compartir preocupaciones y alegrías con la familia, esa familia que uno se forjó, llenándola de cariño y desvelos y que hoy me devuelve con creces mis horas de preocupación por sus exámenes, su salud, su bienestar, llenando de cariño estos momentos livianos que el tiempo me regala en una madurez llena de achaques que trato de ocultar para no dar preocupaciones innecesarias.
Y mientras, los recuerdos se agolpan en mi memoria, las nuevas preocupaciones diarias por la salud de los míos y su bienestar, llenan estos momentos que suponía antes de jubilarme, serian vacíos y tediosos...¡no hay tiempo para el aburrimiento!, siempre hay algo que hacer y que termina por llenar el día...Que razón tenia algún amigo que me dijo no hace mucho...”hay vida después del trabajo”... y esa vida, "nueva vida", me esta sirviendo para saber que aún puedo y tengo mucho camino que recorrer....

miércoles, 29 de mayo de 2013

¿Por que te escondes Sol?...¿A que le temes?...

En estos días de mayo, en los que el sol se ha resistido a brillar como debería haberlo hecho, las persistentes lluvias y el frío casi invernal han conseguido que mis huesos reclamen esa luz y calor, ese bienestar que el verano, ya cercano, promete.
Hacia ya mucho  que no tenia caídas aparatosas y en un día… ¡Dos!, que me han dejado como el Vaticano... “lleno de cardenales”…los suelos mojados y ese cierto run run de las articulaciones ha propiciado que termine haciendo piruetas antes de dar con mis huesos en el duro suelo. ¡Menos mal!, (le decía a un Policía Municipal que asustado corrió a ayudarme), que ya estoy tan acostumbrado que no suelo hacerme demasiado daño pese a lo aparatoso de las caídas, pero “fastidia”, sobretodo, fastidia el remolino que se monta tratando de hacerme levantar y casi siempre haciéndome decir como hacen los toreros aquello de… ¡Dejarme solo!, y es que me levanto mejor yo solo que con ayuda…Uno agradece de corazón que siempre haya una mano tendida en estas ocasiones y aunque el golpe haya sido doloroso, no pierdo la sonrisa de agradecimiento, tratando de quitar importancia al asunto y el susto que pudieran haberse llevado los espectadores del mismo. Aquel Municipal me decía: ¡No había visto una caída más aparatosa que la suya!..¿De verdad no se ha roto algo?...e inconscientemente me eché las manos al bolsillo pensando en el móvil… ¡Que estupidez!, pero es que por suerte o quizá habilidad adquirida con cada caída, lo máximo que he llegado a padecer es algún moratón que otro como los que ahora me acompañan.
¡Que ganas tengo que el Sol cumpla con su deber!, que las lluvias y fríos terminen, para poder sentir de nuevo esa energía que el Astro nos transmite cuando su luz ilumina nuestra existencia. ¿No os ocurre a vosotros lo mismo?

lunes, 27 de mayo de 2013

Estadio mental: "Primate"...

Esperar….hacer ejercicio de paciencia…tener el estoicismo en situaciones conflictivas…usar la templanza y serenidad, parecen objetivos que nadie tiene o que se hacen difíciles de cumplir en nuestra existencia. A diario se nos pone a prueba un montón de veces y casi en ninguna reaccionamos como deberíamos. Estar con, “la escopeta cargada”, a todas horas parece ser la tónica habitual a tenor de lo que se observa en la convivencia diaria y los ejemplos (malos) que aparecen en los noticiarios. Un señor que alza el dedo índice (haciendo lo que llaman la peineta), una contestación a gritos ante una interpelación  simple, una agresión verbal antes que un razonamiento, demuestran que ya nadie tiene la paciencia debida y todo es urgente, inaguantable, ofensivo, según lo interpretan los interlocutores y siempre hay que andar con “pies de plomo” ante cualquier afirmación que uno hace ya que corres el riesgo de obtener en el mejor de los casos una mala respuesta o un gesto despectivo.
Se ha hecho difícil, la tertulia tranquila, reposada, amable en la que uno terminaba por aprender de los conocimientos de los demás. El grito desaforado interrumpiendo una alocución, acaba por convertir en un “gallinero” cualquier reunión de contertulios donde quien mas voces da cree tener la razón de su parte y expresándola de esta manera olvida que por sus formas acaba de perderla.
Pocos buenos interlocutores encuentra uno hoy día, disfrutar de una conversación distendida, escuchando sin interrumpir a nuestro amigo, aprendiendo de sus experiencias, compartiendo las nuestras reposadamente, es un lujo que hay que vivir y sentir.
Hace un mes, tuve la oportunidad de compartir una de estas relajadas situaciones con un antiguo compañero y amigo, fueron muy pocas horas, pero suficientes para que aquel día se convirtiera en un día estupendo que volveremos a repetir cuando las circunstancias nos lo permitan.
Mientras dejaremos y seguiremos padeciendo a todos esos otros energúmenos incapaces de saber lo que es la palabra “dialogar” y compartir y es que, mucho me temo que solo es cuestión de educación y la educación, como ya apuntaba en alguno de mis escritos anteriores, se ha convertido en algo desconocido, fuera de uso, obsoleto e incluso para los mas recalcitrantes “ridículo e innecesario”…¡Que le vamos a hacer!, aún quedaremos algunos pensando que sin educación y respeto el ser humano pierde parte de su esencia para volver a su estadio “primate” en el que los gritos sin sentido son su manera de expresarse…

lunes, 20 de mayo de 2013

El reto de existir...


Haber dedicado mucho tiempo a demostrarse a uno mismo que es capaz de casi todo, de superar las dificultades que esta vida te va poniendo en el camino, termina por convertir en un habito, quizá hasta en una manía, el que cada vez que se plantea un escollo en el camino, uno se empeñe en superarlo como sea, quizá sin medir en ocasiones las fuerzas que el tiempo se encarga en mermar o si de verdad merece la pena asumir ese nuevo reto. Pero uno es como es y no me sustraigo ante los pequeños retos de cada día pese a que ya en algunas ocasiones (mas de las que uno desea), tenga que desistir por que o bien las fuerzas ya no son lo que eran o por que hay otros retos, en los que realmente me juego la existencia o una calidad de vida que cada día se reduce en el plano físico.
No por ello, abandono mi empeño en retrasar lo mas posible en el tiempo ese día en el que quizá necesite yo la ayuda de otros, que hoy persevero para con terceras personas que necesitan de mi apoyo en prestarlo sin ninguna restricción salvo cuando de levantar pesos de trata o caminar en exceso.
Al llegar la noche, caigo rendido físicamente, pero con la satisfacción del deber una vez más cumplido y mis pequeños objetivos logrados.
¿Cuanto tiempo más podré seguir enfrentándome a estos retos? Una vida que se supone mas relajada tras una jubilación parcial, no termina de darme el respiro que quizá debería tener, mi atención esta acaparada en estos momentos por la enfermedad de un familiar y he llegado hasta olvidarme de mis pequeños dolores tratando de paliar los suyos (siempre hay algo positivo y así hay que verlo).
Nunca fue fácil poner buena cara al mal tiempo y sin embargo. ¡Lo hice! Encontrar la parte buena de las cosas, ¡y la encontré! Sacar fuerzas de flaqueza, ¡y lo logré!
No se que me depara el destino, como ninguno lo sabe, solo el día a día va llenando las paginas de nuestra existencia y de nosotros depende como llenemos ese tiempo vivido. Al final solo quedara un vago recuerdo, perecedero en el tiempo, de nuestro paso por esta tierra y mi deseo es que dicho recuerdo, al menos, sea amable para aquellos que compartieron momentos de mi vida.

lunes, 13 de mayo de 2013

Mientras hay vida...


Puede ser que en muchas ocasiones, uno no perciba que el tiempo pasa inexorable y con él, nuestro “cascarón” va sintiendo esos efectos del tiempo. (Suerte que algunos tienen y que no comparto).
Por desgracia no es habitual, pero observo con una cierta alegría que hay quien a los setenta y tantos, siguen haciendo ejercicio, nadando todos los días y caminando con paso firme durante horas, haciendo trabajar este envoltorio corpóreo que nos mantiene en pie cada día.

La edad, se lleva en el alma, pero el cuerpo se empeña en recordártelo a cada instante. Hoy es un pequeño dolor, mañana una molestia no se donde y luego un agotamiento que nunca sabes a que es debido, pero siempre hay algún indicador que como en los coches te marca que algo no anda bien.

Sorprendentemente, siempre hay salida, lo peor que uno puede hacer es pararse a lamentar la falta de agilidad que uno tenia antes o que las fuerzas no te acompañen, cuando tratas de levantar algo que hace poco era un simple peso y hoy parece la roca de Sísifo. Rendirse antes de intentarlo, nunca fue mi manera de actuar, quizá por eso y hasta el presente he logrado llevar la contraria a los a los presagios que los galenos se empeñaban y empeñan en augurarme y a pesar de alguna que otra caída (siempre con la suerte, o no se si la habilidad de saber caer bien, sin mas consecuencias que las de un pequeño susto para los que me rodean, como me ocurrió hace unos días y que provocó hasta la parada de un coche de la Policía Municipal para preguntar si me había roto algo, ante lo aparatoso del tropazo).

Hoy observo de cerca a un familiar muy cercano y querido, postrado por una dolorosa dolencia de espalda y con tristeza veo, que se abandona ante el dolor, que no tiene la fuerza de espíritu para luchar y ganar la batalla (los años, quizá, le han mermado es capacidad de superarse o lo que es peor, se abandona pensando que ya no merece la pena hacerlo).

Quizá, algún día  a mi me ocurra lo mismo, quizá ese tiempo que nos oxida, termine también por oxidarme a mi y termine por comprender lo que en estos momentos no puedo entender, y es que la vida nos enseña algo nuevo cada día, que no somos eternos, que hay que vivir cada instante con la mayor intensidad posible sin dejar que esas pequeñas o grandes molestias nos impidan disfrutar del privilegio de estar vivos, de compartir nuestra existencia con los que nos rodean y volcarnos en ellos, que también sufren seguramente lo mismo que nosotros.

En fin, la vida sigue y no se quien dijo que “mientras hay vida, hay esperanza” y esta, tampoco voy a perderla.

lunes, 29 de abril de 2013

¿Cuestión de suerte?...


Cuestión de suerte o mala suerte… todo depende de como se miren las cosas…
Suerte haber nacido en 1952 cuando la cartilla de racionamiento (esa de la que nuevamente parece que estamos tan cerca ahora) dejó de existir. Cuestión de suerte o mala suerte que nueve meses después apareciera esa enfermedad que me ha acompañado durante toda mi vida y que la vacuna para la misma, fuera descubierta un año después. Suerte, fue tener tres hermanos con los que compartir correrías y suerte encontrar un cirujano que me hizo sentir, conejillo de indias y algo remedió mis males. Suerte, poder cursar estudios y encontrar a la mujer de mi vida cuando hacíamos el COU. Suerte, conseguir un trabajo, que ha llenado mis últimos 32 años y suerte, tener dos hijos maravillosos que siempre han sabido estar a la altura que de ellos se esperaba. Suerte, haber llegado a los 61 años y poder disfrutar de una jubilación parcial, que me deja tiempo para dedicarme a los míos como ellos merecen.
¿De verdad creéis que es cuestión de suerte?...¡pues yo no!…estoy convencido que las cosas ocurren por que tienen que ocurrir sin intervención alguna de la suerte y mas bien por la disposición que uno pone ante los avatares de esta vida.
He luchado contra la enfermedad, en mis estudios, en mi trabajo diario, (quizá robando tiempo a la familia), por mi mujer y mis hijos, por llegar hasta estos días en los que el tiempo transcurre placido y con la libertad de poder hacer aquello que desee en cada momento, sin tener que estar mirando el reloj o pendiente de correos electrónicos y llamadas de trabajo. No echo de menos reuniones ni viajes laborales, solo, el recuerdo de aquellos compañeros de andadura con los que llegue a establecer unos lazos invisibles pero duraderos y que de vez en cuando me llaman para ver que tal estoy. (También pudo haber sido cuestión de suerte habernos cruzado en el camino… ¡pero no!).
Hoy sigo mi andadura, relajado, tratando de que los años me permitan seguir caminando, (aunque con dificultad), esos paseos diarios en los que encuentro a antiguos compañeros de colegio y trabajo, con los que por unos instantes nos paramos a departir y compartir inquietudes y recuerdos de tiempos ya casi olvidados.
¡Suerte!, la suerte se la busca uno mismo, solo hace falta poner empeño en todo lo que se hace.
Podría decir que no creo en la suerte, pues hacerlo puede traer “mala suerte” (no es superstición, es solamente que no creo en ella), por ese motivo, cuando alguien me dice ahora… ¡Que suerte estar jubilado!, se me escapa un sonrisa pensando… ¡Me ha costado 32 años conseguirlo, esforzándome todo lo que he podido en mi trabajo y este dice que “que suerte”!...
En fin, cada uno ve la vida a través de un cristal distinto…

viernes, 19 de abril de 2013

Un puente mas que cruzar...

Siempre hay un puente que cruzar, una vereda que seguir, un destino al que llegar y aunque nunca tengamos la certeza de cuanto camino nos queda por recorrer, seguimos la senda unas veces en compañía otras en solitario, haciendo camino.
Nuevamente en mi camino se cruza una vieja conocida, "la salud", esa que unas veces te anima a seguir la ruta y otras te pone la zancadilla para hacerte caer, siempre hay un lugar  en el que nos cruzamos, un lugar lleno de gentes dolientes que hacen cola para ser vistos por los galenos, donde el dolor se mezcla con la desesperación y paciencia de aquellos a quienes con mucha razón se llama pacientes. De nuevo un peregrinaje ante gentes vestidas de blancas batas y una camino a recorrer siempre con la esperanza de poder seguir caminando, de poder seguir sintiendo el sol de cada día y el fresco de la noche. Dicen y es cierto que la esperanza es lo ultimo que se pierde, esa esperanza que me mantiene de pie cada día y que es compañera permanente en mi caminar.
De nuevo mil pruebas ya conocidas de las que uno espera los resultados como espera el sorteo diario de la ONCE, con incertidumbre y la ilusión de que estos no sean peores que los anteriores y al menos me dejen seguir el camino sin mucha dificultad. Hoy no es mal día del todo, al menos he visto amanecer, salir el sol de nuevo y sentir cerca a los que me quieren y comparten en cierta forma este camino conmigo, a los que deseo hacer sentir que no hay nubarrones en el camino, que mi andar aún puede continuar a pesar de todo y por encima de todo.

jueves, 11 de abril de 2013

De P...M...


Hay ocasiones en las que uno se sorprende ante una pregunta, que quizá también haya hecho yo en alguna ocasión. A mes y medio de mi jubilación parcial hay quien sigue preguntándome: ¿ Cómo lo llevas? Y uno tiene la sensación de que dicha pregunta se hace pensando por parte del interlocutor, que el hecho de jubilarse puede suponer algún trauma ante el parón de la actividad laboral.
Mi respuesta es siempre la misma y he de confesar que me sale del alma ¡ De P...M...!.
Ya puedo dedicar mi tiempo a las cosas que me gustan, al descanso sin tener que estar pendiente de un despertador y a olvidarme un poco de responsabilidades que han ido llenando durante treinta y tantos años mi vida.
Ahora, el desayuno de la mañana ha, pasado de un mero café tomado a toda prisa, a un gran café con tostadas que preparo con toda tranquilidad y saboreo sin la premura y apremio de tener que tener que ir a fichar.
Puedo hacer algunas labores en casa (aún no me atrevo a planchar una corbata y freír un huevo...¡No sé sí este es el orden!, pero todo se andará...).Me siento feliz pudiendo ayudar en esas pequeñas cosas para las que antes no tenia tiempo. (Ordenar cajones, fregar algún que otro plato, colocar el salón, esta pendiente de la bombona del butano...contestar esas llamadas ofreciéndote el cambio de operador telefónico y poder mandarles a la porra...).
La mañana da para mucho, leer ese libro para el que nunca encontré un momento oportuno, enterarme de las noticias y quizá ver esa película que me regalaron mis hijos que quedó guardada en un estante a la espera de tener tiempo, ese tiempo del que ahora disfruto cada segundo y que es tiempo para mi y los míos.
Los paseos tranquilos, dejando que la lluvia me empape, (estoy deseando que venga el buen tiempo para disfrutar de ese sol que me da energías), las conversaciones en medio de la calle con conocidos, sin tener que mirar el reloj, observar las carreras de la gente atareada y decirme para mis adentros ,¡Es tu momento!.
Sentir la cabeza despejada, sin otra preocupación que la de vivir, sentir, disfrutar de una libertad que nunca antes llegué a percibir, me ha dado esa pizca de vitalidad que ya sentía perder en los últimos tiempos. La lastima es que este cascarón físico, esta cada día mas tocado y no puedo alargar mucho esos paseos, pero en mi interior he sentido que el espíritu se rejuvenece, que de nuevo vuelven los proyectos a mi cabeza y las ilusiones por cosas que creía perdidas.
Así que cuando alguien vuelva a preguntarme, volveré a decir ¡De P...M...!, Me siento feliz y casi un hombre nuevo, aunque solo sea en mi interior.
A medida que pasan los días, voy programando momentos con antiguos compañeros y amigos para tomar un café y charlar un rato, solo estoy a la espera de que el buen tiempo me permita salir a la calle sin miedo aun resbalón por culpa del agua caída. Será entonces cuando todos sepan que estoy, ¡De P...M...!

jueves, 4 de abril de 2013


Hoy quiero contaros una pequeña historia que ha llegado a mis manos. Como todos estos pequeños cuentos este tambien tiene su moraleja...

EL BURRO DEL CAMPESINO

Ya era viejo el pobre burro, un dia se cayó a un seco y profundo pozo. El campesino pensó: "Ya no valen ni el pozo seco, ni el burro viejo" y palada de tierra, tras palada de tierra intetó tapar el pozo y enterrar al burro. Pero, hasta el final no se dio cuenta que cada palada de tierra que echaba, se la sacudía el burro de encima y pisaba sobre ella... Y con sorpresa vio el campesino que el burro llegaba hasta la boca del pozo y salía trotando.

El que me contó esto dice que la vida nos tira tierra a todos. Y el truco para vivir feliz es sacudírsela, y aprovechar las dificultades para dar un paso hacia arriba. Es lo que hizo el burro del cuento.

miércoles, 27 de marzo de 2013

La carretera y las misas...

Siguiendo con las mil historias divertidas que vengo contando, de vez  en cuando, en este blog, acaecidas en mi larga vida laboral, llega a mi recuerdo una acaecida hace ya muuuuuuchos años mientras yo tramitaba siniestros allá por el año 1982, en que el cura párroco de una localidad Cacereña tenia la mala fortuna de arrollar a la salida de una curva, con su SEAT 850, a una pareja de la Guardia Civil a la que dejaba mal herida. Los compañeros de estos que realizaron el atestado hacían ya en aquella época, constar en su informe, el alto grado de alcoholemia del "pater", el cual se justificó en su declaración de la siguiente manera...¡Miren ustedes!... llevo trabajando desde las 8 de la mañana, sin apenas haber tomado un desayuno y llevo impartidas 7 misas en los alrededores, entiendan ustedes que... ¡mi profesión me exige beber vino durante la realización misa!...tenia cierta razón... es la única profesión que conozco en la que hay que beber y no solo esta permitido, si no que además es obligatorio...Así pues esta Semana Santa...CUIDADO CON LA CARRETERA, se dirán muchas misas...

martes, 26 de marzo de 2013

Respeto y convivencia...


Nací en una gran familia que me enseño lo que era el respeto, la educación, los buenos modales y el saber estar en cada momento por difícil que este fuera.
Los años fueron puliendo aquellas primeras enseñanzas, mas bien ejemplos, que recibí de mis progenitores y nunca levanté la voz a nadie aunque lo estuviera mereciendo.
Hoy, observo con tristeza que casi nadie hace uso de la palabra “respeto”, los ejemplos, (nunca buenos) de programas televisivos en los que el vocerío, el insulto, el sacar los trapos sucios a relucir, son el pan nuestro de cada día y están siendo la escuela de una población y gentes que creen tener patente de corso para pisotear a todo el mundo, para olvidar que la convivencia de basa en la premisa de no herir al vecino y saber guardar silencio en los instantes mas delicados.
Ceder el puesto a una persona mayor en el autobús, dejar paso en una puerta a los que salen antes de entrar, abrir la puerta para quien viene cargado con bolsas o tiene alguna dificultad, son meros detalles que han desaparecido en nuestro que hacer diario. El codazo y empujón han sustituido a las buenas formas, las palabras “disculpe”, “gracias”, “lo siento”, “por favor”, han dejado de utilizarse y en su lugar como mucho surge un gruñido ininteligible más propio de un animal que de una persona.
Las conversaciones en el trabajo, cuando se atiende a alguien, siempre comienzan por parte de nuestro interlocutor con un amenazador... ¡Vamos a ver!...que ya te pone en guardia sobre lo que viene después que suele ser un chaparrón de incongruencias y exigencias sin sentido en la mayoría de las ocasiones.(Todo el mundo parece tener derechos pero nunca obligaciones). En la calle, cuando alguien te solicita, suele hacerlo con un... ¡Oye tu!... que pretende ser signo de cercanía cuando en realidad es una falta de respeto.
Muchas veces y haciendo uso de aquellas viejas enseñanzas, uno se calla y responde con amabilidad que nunca es correspondida y echa de menos aquella vieja cartilla de “urbanidad”, manual de buenos usos y costumbres, que era de uso obligatorio en la enseñanza y que hoy cuando uno la lee solo da risa y lastima por lo que con ella se perdió.
Los grandilocuentes planes de estudio han olvidado lo fundamental...enseñar “respeto” y convivencia.
Por todo ello, no me ha extrañado oír en algún noticiario, que algunos políticos están siendo acosados en sus propios domicilios por manifestantes vociferantes y agresivos, que olvidaron algo tan importante como que el dialogo comienza por respetar al interlocutor, por pedir educadamente lo que a cada uno corresponde y razonar...si razonar, no chillar a través de un megáfono molestando incluso a quien nada tiene que ver con el asunto.
En fin, de aquellos polvos vienen estos barros, quien no aprendió el significado de la palabra “respeto”, tampoco sabrá el significado de la palabra “convivencia”