miércoles, 6 de junio de 2012

¿Cual es el detonante?...

Ayer, alguien me comentaba que era lector asiduo de este espacio que es vuestra casa y me preguntaba de donde sacaba la inspiración para tanto post, tan frecuentes y variados.
La verdad es que ni yo mismo se, a ciencia cierta, que mecanismo hace que mis dedos corran sobre un teclado contando mil historias llenas de recuerdos o pequeños artículos en los que siempre procuro poner una puntada de buen humor, e intentar al menos arrancar una sonrisa al lector. Muchas veces soy yo el primer sorprendido cuando tras un rato aporreando el teclado releo lo escrito y veo que acabo de abrir mi corazón, quizá mas allá de lo debido, mas allá de lo prudente pero con la esperanza de que alguien esboce un sonrisa, tenga la misma nostalgia que yo o comparta mi manera de combatir dolores varios con la esperanza de que si lo peor aún no ha llegado, no tiene por que llegar y que si llega, le daré una ración de buen humor que siempre es mejor que no estar todo e día lamentándose o poniendo mala cara a lo que aún no ha ocurrido.
Una foto, la frase de la mañana de algún locutor de radio mientras voy al trabajo, algún articulo de Javier Marías,(uno de mis autores preferidos) o cualquier otro acertado columnista, dejan en mi cabeza un soniquete que cuando me pongo al teclado, ha podido ser el germen es estos escritos. La observación de las gentes con las que a diario me cruzo en la calle o comparto trabajo, el interminable mal espectáculo de programas de la TV donde todos se ponen a caldo sin sentido, (deporte nacional según parece por la acogida que tiene, ante una audiencia mayor que la de una buena obra de teatro),la loable acción de un ciudadano ayudando a otro a cruzar una calle, el respeto o la falta de este en algún que otro vecino o conocido, la punzada dolorosa del día que me ha dejado durante un rato casi fuera de juego y que luego he superado, por que tenia que hacerlo y me he puesto a trabajar como un burro para no volver a pensar que se repetirá cuando menos lo espere. La sonrisa, cuando he visto a aquel pequeño casi arrastrado por su enorme perro, al que voceaba… ¡Obedéceme Jul!...(mientras Jul seguia su instinto de corretear en el jardín tras un dia de encierro), Cualquier cosa ha podido producir hoy este post, pero con la diferencia de que hoy si se cual fue el detonante… aquella conversación breve de ayer, con un asiduo lector al que hoy mando un saludo desde estas líneas.Gracias Jose…