martes, 29 de noviembre de 2011

Todo un camino recorrido


Ha pasado el tiempo, ese devenir que tantas veces menciono en mis escritos, no se si por que cada día siento con mayor recelo el paso de los días que uno tras otro van cayendo inexorables. Los recuerdos del pasado se hacen cada vez mas fuertes trayendo a mi memoria tiempos en los que a pesar de mis dificultades físicas, mantenía un ritmo de vida mas activo en el que el caminar no era doloroso y me sentía capaz de todo. He recorrido media España conociendo tierras y gentes, trabajado y disfrutado a lado de gallegos, catalanes, Castellanos, Levantinos, Andaluces, Asturianos y Vascos de los que guardo mil recuerdos en un álbum que se ha ido llenado con horas de trabajo y viajes innumerables.
De vez en cuando abro sus paginas y hojeo las fotos, leo los folletos recogidos en el camino, los menús guardados con esmero y las notas que en su día fui dejando escritas sobre aquella reunión, aquella convención o aquel viaje. Siento nostalgia de lugares y compañeros de camino y a la vez la satisfacción de haber podido recorrer aquellos lugares y compartir momentos con ellos. ¡Pude! y no sin esfuerzo, pero menor que el que necesitaría ahora que los años me han llenado de unos dolores que entonces no existían y las fuerzas han ido dejando paso a una permanente lucha por mantener el ritmo diario, que aún puedo superar, que aún puedo aguantar y mantendré pese a todo mientras las ganas de vivir, con los míos y por los míos me sigan acompañando.
Me sorprenden caminatas y viajes al recordarlos, el subir y bajar de autocares sin apenas esfuerzo, mantener como mantuve el ritmo de caminar de quienes me acompañaban y las muchas horas en solitario al volante de mi coche viajando de un lado para otro, sin sentir el cansancio. ¡Fue posible!, lo hice sin sentirme condicionado, superando cada momento y circunstancia y he vivido sin saber que llegaría un momento en el que todo cambiaria. Los años no me han perdonado, ni aquellos esfuerzos que hice sin saberlo. Quizá hoy este pagando un peaje de una vida en la que nunca me sentí limitado y en la que sigo pensando que aún me queda mucho por recorrer.