martes, 11 de febrero de 2014

La duda de un 37/...

Pensaba que eran suposiciones mías, elucubraciones impulsadas por el miedo y la prevención, pero no… conversaciones posteriores con otros sufrientes (no he querido intencionadamente llamarles pacientes), me hicieron llegar a una terrible conclusión. Cuando entramos en un Hospital, somos al igual que en las empresas, un numero, un 37/ ó un 49/ó un 28/ dependiendo de la provincia donde estemos dados de alta en la Seguridad Social, dejamos de ser personas con manos cara ojos y nuestra identidad se limita a un numero y una dolencia, ya no somos aquel paciente que, el medico de cabecera (ya extinto), conocía y sabia toda su trayectoria y la relacionaba con la de sus ancestros a los que también había tratado. Hoy la tecnología (léase archivos informáticos) suplen aquella información que de primera mano tenia el medico que había asistido a toda una generación y hoy, un (voluminoso, en ocasiones) expediente guarda análisis, radiografías, ecografías, escaners y notas varias de todos los médicos que te han ido viendo, pero nunca, este expediente suplirá aquel conocimiento directo (entrañable, calificaría yo) que durante años acumuló el medico de casa. Quizá (no lo dudo) tanta tecnología sirva para almacenar una información muy valiosa, mi duda está en si tanta información es leída, analizada, interpretada en cada visita que hacemos o revisión que pasamos. Entiendo que si y así debe ser, pero siempre te queda la duda (10 minutos por paciente en consulta no deben dar mucho de sí). Al compararlo con lo que puede estar ocurriendo a diario en el trabajo, cientos de correos, normas, una tras otra modificadas y publicadas, que en muchas ocasiones archivas sin leer, con la sana intención de acudir a ellas cuando las necesites, ¿realmente las vas a consultar cuando esto ocurre o llamas al compañero para ver si sabe como se hace tal o cual cosa?. Siempre pensé que tener mucha información es bueno (la información es poder…dicen), pero siempre tuve la impresión de que no se sabe manejar tal avalancha de  información y lo único que hace es enfarragar las cosas, crear un mar de dudas donde naufragan las mejores ideas. Mi miedo ahora es que ese barco informático de pruebas y resultados termine teniendo alguna vía de agua y la marinería médica no sepa contenerla bien y terminen hundiéndome en la miseria, por si acaso acabo de ponerme una medalla de la Virgen del Carmen, para que les lleve a buen puerto y una estampa de Will Gates, para que no les falle la informática y ¡Que sea lo que Dios Quiera!...