martes, 15 de diciembre de 2020

Navidad con pandemia

No sabría decir, ni expresar con claridad mis sentimientos ante todo lo que nos rodea, la pandemia nos está dejando huérfanos de abrazos y besos, de apretones de manos y charlas distendidas en las que no aparezca la palabra Covid.El miedo, la incertidumbre, las noticias en muchas ocasiones contradictorias, la falta de una coordinación común y fiable en quien debería tomar las riendas de esta batalla, con mil generales sin formación académica, dirigiendo un esforzado batallón de médicos, enfermeras y biologos, que día a día se dejan la piel, luchando como buenamente pueden, opiniones de gentes que nada tienen que ver con la sanidad ni con la ciencia, con youtubers e influencers analfabetos, periodistas teledirigidos por no sé quién ( y me da lo mismo).Sera una navidad distinta, triste, aunque llena de esperanza y que nos hará pensar lo que verdaderamente importa, el día a día, la salud, el bienestar de nuestros seres queridos, que no todo es trabajo, que no todo es acumular bienes y aparentar, que no todo es mirar por encima del hombro al que sube. Hoy me he levantado filosofante, añorante de tiempos pasados en los que no sabíamos lo bien que se vivía sin mascarilla, con la libertad de pasear por la noche sin restricciones horarias, de respirar el aire frio de mi ciudad y poder detenerte en la calle a charlar un rato con amigos. En fin, la vida sigue…Salud y fuerzas para seguir adelante y sobretodo, ser felices, “solo tenemos una vida” y hay que apurarla, disfrutarla y sentirla sin que nada nos impida. FELICES FIESTAS A TODOS

jueves, 18 de junio de 2020

Otro día ganado

Desde mi infancia, aprendí que los golpes que te da la vida, uno los asume como algo casi natural a la misma existencia. Que no hay por qué preguntarse ¿por qué a mi? , pues otros muchos pasan por lo mismo o por circunstancias tan complicadas como las de uno. Ni desesperar, culpando a la vida, pues bastante es poder vivirla, disfrutar el día a día, sentir la brisa de la mañana y poder decir sigo vivo…
Con cada golpe que te da el destino, uno termina por fortalecerse para seguir luchando, sin esperar otra recompensa que la de levantarse cada dia, respirar y pensar…otro día mas, otra oportunidad, para hacer, sentir, disfrutar y amar a aquellos que te rodean.
Nunca me sentí distinto, nunca eche la culpa a nada ni a nadie, ni me deje vencer, pero los años,parecen empeñarse en ponérmelo más difícil cada vez, sus golpes son más fuertes (o mis fuerzas cada vez más escasas) pero sigo y seguiré asumiendo que la vida, a pesar de todo, no se ha portado mal conmigo, que he disfrutado viajes,trabajo, amigos, familia y de unas fuerzas que no se de donde salian, pero imagino que de las ganas de vivir.
Hoy, no ha sido un buen dia, pero tampoco me quejo, mis inseparables compañeros , los dolores, ha intentado sin conseguirlo, amargarme el dia, pero mi arma preferida, el buen humor, ha conseguido vencerlos de nuevo y de nuevo puedo decir, que he ganado otra batalla.
Disculpar que hoy, mi munición de buen humor se me este terminado, mañana será otro día y de nuevo, sin perder la sonrisa os de un buenos días con una nota de humor

jueves, 16 de abril de 2020

Gracias por tu lucha...

Eran las seis de la mañana, sigilosamente tratando de no alterar lo que suponía era mi sueño reparador, se levantó como viene haciendo últimamente, y tras buscar a tientas su paquete de tabaco, fue a la cocina a preparar un café.

Acurrucado entre mis sabanas, escuche como se preparaba para salir a su combate diario, con dos preocupaciones en su cabeza, una el CORONAVIRUS y otra mi salud.

Apenas la veo sonreír, mis ocurrencias, como mucho, dulcifican por un instante su expresión y solo por la noche, cuando hacemos videoconferencia con mis hijos, su cara se ilumina viendo a su nieto en la lejanía.

Lucha sin descanso desde su posición de médico y responsable del Centro de Salud en el que lleva 37 años ejerciendo su profesión y pasión, que no ha abandonado pues al llegar la hora de su jubilación, pidió el reenganche para seguir en la brecha, sin saber todo lo que este 2020 ha traído.

Por las tardes, con el portátil en su regazo, repasa los cientos de correos que le mandan desde la Gerencia de Salud, los informes de cómo va la pandemia, instrucciones y ordenes tratando de contener a ese enemigo invisible que nos tiene a todos confinados.

Se traga las lágrimas, que yo no soy capaz de contener y oculto a su mirada, por no entristecerla aún más.

Sé que otra de las espinas que tiene clavada, es no poder ir a ver a su anciana madre de 93 años que no entiende de pandemias y piensa que su hija se ha desentendido de ella, según nos manifiesta la persona que la cuida a diario. Solamente un día ha podido acercarse hasta su casa, y en el descansillo, manteniendo la distancia, ha podido verla a la puerta de su casa tirándole besos con las manos.

Y luego habrá quien se queje por no poder salir de casa, quien con recelo se retire de ella pensando que puede ser fuente de contagio sin pensar que cada día se juega la vida por mantener la salud de desconocidos que nunca valoraran su sacrificio.

Ayer me decía que la Guardia Civil, que la reconoció en carretera, al verla se cuadro saludándola y abriéndola paso, que sintió el cariño de otros que comparten su riesgo y dedicación.

Hoy, me vais a permitir este desahogo y reconocimiento a todos los que combaten por nuestro bienestar, entre todos venceremos la pandemia, nunca la unión hizo tanta fuerza