miércoles, 15 de julio de 2015

INVISIBLES...

He de confesar, que nunca le había prestado mucha atención, me había limitado a mover simplemente la cabeza en signo de negación, ante aquel hombre, que para casi todo el mundo era un ser invisible de esos que pasan por nuestra vida y en el que apenas nos fijamos, pero aquel día, levanté la mirada y mire sus ojos mientras repetía la acción de negar con la cabeza, Algo cambió repentinamente en mi actitud, ante mi había un joven, de aspecto no demasiado desaliñado que con la mano extendía pedía algo de ayuda para poder subsistir, mi primer pensamiento fue... ¡Tiene mas o menos la edad de mi hijo!, quizá no supo encarrilar su camino, quizá no tuvo la suerte de tener una familia detrás cuidando de el, quizá se equivocó en su andadura, instintivamente eche mano al bolsillo y le di unas monedas, pensé: Si fuera mi hijo me gustaría que alguien le atendiera por un momento, pensé en una hipotética madre desconsolada, quizá en un padre afligido, se que mi acción no le resolvería mucho, quizá un bocadillo que paliara su hambre, (quise ser bien pensado), un billete de autobús para llegar a algún sitio donde cobijarse, ¡Que se yo!... Sentí que a nuestro lado pasan a diario muchas gentes invisibles, quizá hasta hemos retirado la mirada para evitar verles, somos insolidarios con lo más cercano y llegamos sin embargo a solidarizarnos con gentes lejanas que también pasan hambre y calamidades, gentes a las que nunca veremos cara a cara, gentes de las que nos separan muchos kilómetros, mientras somos incapaces de hacerlo con aquellos que se cruzan día a día en nuestras calles con nosotros, sin que apenas les prestemos atención, solo un triste gesto de negación, como el que yo hice.
He vuelto a verle, sentado en las escaleras de un portal, a primeras horas de la madrugada mientras me dirigía al trabajo, los brazos cruzados sobre sus piernas le servian de almohada, encorvado en una postura casi fetal, le he reconocido y he sentido de nuevo una extraña tristeza por él y por lo que representa, jóvenes sin esperanza, jóvenes sin destino ni rumbo que seguir, mientras la prensa hoy publicaba escandalosamente lo que llegan a cobrar diputados, ministros y representantes públicos que seguramente como yo nunca han mirado a los ojos de estos invisibles que viven a nuestro lado y por los que no parecen tener preocupación alguna, me he sentido triste al ver a este joven invisible para los demás...

lunes, 30 de marzo de 2015

La educación ha muerto

Si hace unos días comentaba lo impresentable de unos programas televisivos, en los que la educación y los buenos modales brillaban por su ausencia y se ensalzaba la actuación de un personajillo falto de cultura y educación, al que se trata como, “La princesa del pueblo” y que no llega más que a ser el exponente  de una cultura que por desgracia se ha arraigado en nuestra sociedad.

Hoy, he podido observar en la calle que esos modos, formas y actuaciones suelen ser por desgracia uso habitual en las gentes de este país.

Ya en otra ocasión dedique un post a la falta de respeto, a la olvidada urbanidad, que en nuestra niñez, tenía incluso una asignatura en los colegios y una cartilla ya desaparecida hace mucho tiempo, que describía los comportamientos más elementales de educación y respeto en aras de una convivencia pacífica y respetuosa.

Hoy para dialogar, parece ser que hay que dar voces, soltar tacos, insultar a oponente y terminar por amenazar con actuaciones judiciales, como si los juzgados no estuvieran ya lo suficientemente saturados como para dedicar su tiempo a dirimir discusiones fútiles.

El dicho popular de que quien grita en una discusión, pierde la razón (aunque la tenga), ya no parece tener sentido.

No escuchar los razonamientos del contrario, tratar de interrumpirle constantemente en su locución con voces, intentando de que no se le escuche, es la tónica habitual en todo dialogo (si a esto se puede denominar así). No son capaces o no saben los moderadores, (si es que existen) cumplir con su cometido, limitándose a ser solo meros oyentes que en ocasiones se abstraen del asunto como si con ellos no viniera la cosa.

La gente, ya no sabe lo que es ceder el asiento a una señora, o facilitarle el paso abriendo una puerta, esperar el turno en una cola sin protestar constantemente, sobre lo despacio que esta avanza,

Ocupar las plazas reservadas a minusválidos alegando que solo es por un momento, caminar en días de lluvia con una paraguas que se usa como instrumento da agresión al resto de los viandantes, más que como un escudo ante el agua, cruzar las calzadas por lugares no permitidos e insultar al conductor que te avisa del peligro con un toque de bocina.

Mil situaciones que demuestran a cada instante, que LA EDUCACION HA MUERTO.

Las lecciones recibidas por la Televisión, han surtido su efecto de embrutecer a la población, ahora ya vale todo y todo está permitido, con tal de que nadie respete a nadie.

Vuelvo a decir como ya dije en alguna ocasión “ que paren el mundo…yo me bajo en la próxima”.

viernes, 27 de marzo de 2015

Y se montó el Belén...

Miedo me está dando a mí este país, en el que por votación popular, se proclama ganadora de un concurso de baile a quién no sabe marcar un solo paso y parece tener dos piernas izquierdas. Más aún, cuando esa misma persona es de nuevo proclamada ganadora de un concurso de convivencia en el que nos ha mostrado su falta absoluta de empatía, educación y buenos modales, por no de hablar su carencia total de cultura, ubicando a Dinamarca en Groenlandia, o preguntando si coger se escribe con G ó con J.
Una vez más lo que esta persona llama el pueblo,la ha alzado a los altares de la Fama, una fama ganada a base de proclamar a los cuatro vientos sus desventuras familiares y personales.
Miedo me da que estas votaciones populares puedan ser extrapoladas, a lo que pueda ocurrir en unas elecciones de nuestros dirigentes políticos o de nuestros gestores económicos.
Todo apunta a que aún seguimos siendo un país de toros y pandereta, donde nuestros científicos tienen que salir fuera y donde la incultura campa a sus anchas, aplaudida por una muchedumbre ávida de carnaza, donde se valora, la mala educación la falta de cultura y los malos modales.
Donde el insulto y la falta de respeto se priorizan frente al diálogo y al razonamiento.
Miedo me está dando este país en el que ya se ha montado el Belén...miedo me da...

lunes, 16 de marzo de 2015

Ladrones...

Si hay frases que nunca entendí y que acaban produciéndome acidez de estómago, es la de:  “ Me voy a coger una baja”...o aquella otra que en mi profesión se repite con harta frecuencia y sin pudor alguno, pese a que puede llegar a ser un delito y es, la que surge cada vez que hay un siniestro de automóvil y alguien , el listo de turno aconseja...” Date la baja y quéjate de las cervicales”.

Uno, que en varias ocasiones ha pedido el alta voluntaria para ir a trabajar, que he llegado a acudir a mi trabajo apoyado sobre dos muletas y aguantado caminatas, que para mi situación física suponían un esfuerzo, se revela en el interior y clama al Cielo sobre la cantidad de “caraduras” que tratan de evadir sus responsabilidades en el trabajo o sacar un dinero a las compañías de seguros.

En ambos casos y aunque socialmente no se rechazan, se produce un fraude, una apropiación indebida, una estafa al resto de los ciudadanos que cumplimos con nuestras obligaciones aún con esfuerzos que nadie reconoce, pero que interiormente nos hacen sentir bien.

Y dormirán tan tranquilos …Sin plantearse siquiera que esa baja ficticia, ocasiona un aumento de trabajo para sus compañeros, un fraude a la Seguridad Social o a una aseguradora.

Criticaran a los grandes defraudadores que a diario nos muestran en los medios informativos y no se sentirán, por supuesto, equiparados a ellos y sin embargo, tan ladrones son unos como otros.

Juzgaran a presuntos culpables, sin tener en cuenta que ellos también tienen algo por lo que responder, pero que esta sociedad en la que vivimos, no tiene en cuenta esos fraudes flagrantes  que son asumidos con la mayor naturalidad.

Somos un país de picaros, en el que a la menor oportunidad eludimos nuestros deberes. Una caída sin importancia, ( y mira que yo suelo caerme al menos tres veces por semana), un pequeño malestar, un insignificante catarro, justifican el absentismo laboral, que termina por “encabronar” ( con perdón) al resto de los compañeros que saturados por su propio trabajo tienen que asumir las labores de aquel que por capricho,  “ se ha cogido una baja”.

En fin, no por mucho que yo escriba y cuente, esto se va a arreglar, seguiremos siendo la nación europea en la que se hacen más horas de trabajo y la productividad continuará siendo la menor de toda la Comunidad Económica Europea. Y así seguirá,” luciéndonos el pelo” y sin dar importancia al fraude que nos rodea cada dia.

 

 

lunes, 9 de marzo de 2015

Tiempo aún por vivir

Vi correr el tiempo y el tiempo me alcanzó, paso raudo lleno de recuerdos, que el mismo tiempo guardaba y en su veloz carrera dejó en mi memoria.

Tiempos de niñez y juventud ahora añorados y valorados, más que en su momento. Tiempos de madurez laboriosa, en la que aun el futuro era incierto y había que ganárselo a cada paso. Tiempos que pasaron y nunca más volverán.

Hoy el futuro, está más limitado y la carrera del tiempo se acelera cada día, cada hora, cada minuto.

En ocasiones, uno se ve incapaz de seguir su loco galopar, devorando cada momento de mi vida.

Aferrado a los recuerdos, como si de mi bastón se tratara, sigo su senda, ahora lentamente, disfrutando del paisaje que a cada paso y día marcan las mañanas mi camino.

Tiempo para vivir, el tiempo que me dejen. Tiempo para disfrutar de los míos, viendo cómo crecen y siguen su camino hacia sus metas soñadas. Tiempo que corres ¡Detén tu camino!, deja que te alcance, tiempo aún no vivido…

miércoles, 4 de marzo de 2015

Aún queda camino por andar...

Instintivamente al verla venir, me aparte de su camino franqueándola el paso, al cruzarnos coincidieron nuestras miradas mientras el silveante sonido del motor eléctrico fue apagado  por una frase de agradecimiento al que respondí con un...de nada.
Volví mi cabeza y la vi alejarse sobre aquella motorizada silla de ruedas, en mi pensamiento y por un momento, me vi en igual situación, pero inmediatamente y moviendo mi cabeza en signo negativo deseche esa no lejana idea a la cual me resisto y resistiré mientras tenga fuerzas.
Hoy, dolorido a cada paso, sigo sintiendo una satisfacción interna que no podéis ni imaginar, cada vez que terminó uno de esos, ya no tan largos paseos pero que cada día inició con ilusión, recordando otros más largos en las calles de París o Madrid.
Las calles de Salamanca ya se me han quedado cortas, pese a que cada día las siento más largas y empinadas, mi mayor ilusión es volver a caminar las calles de Valencia o de Granada en compañía de mi mujer y mis hijos, volver a sentir que soy capaz, que sí puedo, que aún no hay nada que me detenga.
La imagen de la silla quedará aparcada, olvidada,mientras tenga fuerzas. Hace ya once años que alguien me pronóstico que terminaría sentado en una de ellas y no tardando mucho, pero mi empeño en llevarles la contraria sigue dando buenos resultados. Caminaré y Caminare, mientras haya camino que recorrer, senda que andar, paisajes que ver, gentes que conocer y momentos para disfrutar. Una vez más a pesar del dolor, sacó fuerzas de flaqueza terminando por decirme aún queda camino por andar.

jueves, 29 de enero de 2015

Telepizza...¿Digame?...

Hoy tocaba Pizza, como viene siendo habitual el día que mi mujer esta de guardia, cosa que no perdonan mis hijos, pero hoy estuvo a punto de salirme la vena gamberra de los 20 años y se me ocurrieron un montón de “putaditas” para hacer a Telepizza y que luego aborté pues uno ya no tiene años para estas cosas (aunque la verdad, me quedé con las ganas)...Os dejo algunas ideas...
1)Si usa un teléfono de tonos, presione al azar números mientras la pide. Pídale a la persona que está tomando su pedido que pare de hacer esos ruidos.
2)Invéntese un numero de tarjeta VISA. Pregúntele si la aceptan.
3)Justo antes de terminar la llamada y ordenar la pizza, diga: “Recuerde, nosotros nunca tuvimos esta conversación.”
4)Dígale que tiene en la otra línea a otra Pizza a domicilio rival, y que tú vas con el postor más bajo.
5)Déle solo su dirección, diga “¡Sorpréndame!” y cuelgue.
6)Responda a sus preguntas con preguntas.
7)Cántele el pedido con la melodía de su canción favorita de Metallica.
8)No nombre los ingredientes que desea… Mejor, deletréelos.
9)Salte la palabra pizza. Evite decirla a toda costa. Si él la dice, dígale: Por favor, no mencione esa palabra.
10)Pida una comida disponible en alguna otra parte.
11)Pregúntele qué ropa lleva puesta.
12)Diga: ¿Dígame?, y no hable en cinco segundos, entonces compórtese como si ellos fueran quienes le llamaron.
13) Dígale que está deprimido. Logre que el o ella le alegre su ánimo.
14)Ordene 52 rodajas de pepperoni tal y como se inventó en un dibujo fractal a consecuencia de una ecuación que le va a dictar. Pregunte si necesita papel.
15)Empiece su orden con un “Me gustaría…”. Un momento más tarde desé una bofetada y diga: “No, no me gustaría”
16)Trate de alquilar una pizza.
17)Pregunte si puede quedarse con el cartón de embalaje de la pizza. Cuando digan sí, suspire y déle las gracias afectuosamente.
18)Aléjese del micrófono y hable siempre bajito mientras pide. Cuando la llamada vaya a finalizar, péguese al micrófono y grite con todas sus fuerzas: “ADIOS”
19)Imite la voz de quien recoja la llamada.
20)Pida ver un menú.
21)Ronque en el medio del pedido, y diga; ¿Donde estaba yo? ¿Quién es?
22)Pregunte cual es su número del teléfono. Cuelgue, llámelo y pida.
23)Con voz de ebrio llame para quejarse acerca de servicio. Más tarde, llame para decir que estaba borracho y no quería decirlo.
24)Trate de hablar mientras está bebiendo algo.
25)Pregunte por mantenimiento de la pizza y reparación.
26)Cuando repitan su orden, diga un pequeño ingrediente más cada vez.
27)Si usa un teléfono de tonos, apriete 9-1-1 cada 5 segundos por todas partes durante la conversación.
28)Después de pedir diga: Deseo saber qué hace ESTE botón del teléfono. Simule un corte de llamada.
29)Diga; Shhhhhhssssssssssssssht!!!!!! bastante fuertemente en el teléfono. Pregunte: “ha oído eso?”
30)Pida una pizza de dos centímetros.
31) Ordene un Seguro de la vida del término del pedido.
32) Pregunte cuántos delfines se mataron para hacer esa pizza.
Y… no os doy mas ideas pues seguros que las poneis en practica…..

martes, 27 de enero de 2015

Con la sonrisa puesta

Dicen que levantarse con una sonrisa, ayuda a sobre llevar el día con mejor espíritu, quizá tengan razón. Por las mañanas cuando voy a afeitarme me pregunto ¿Cuando me hice yo esta foto de carné tan grande? Y acto seguido me digo ¡Que mayor estas tío!, pero aquí sigues dando guerra y dispuesto a comerte un nuevo día, luego salgo y me preparo un buen café cargado, de esos que ayudan a despertar hasta los muertos (toca madera) y me voy silbando a la calle en busca de mi coche y un nuevo dia. Para compartir esta sonrisa, cuelgo en el Facebook algo gracioso, que espero sirva a los que lo puedan ver como me ha servido a mi mirarme en el espejo esta mañana, pero a medida que van pasando las horas, la sonrisa mañanera va dejando paso a una cierta tristeza que aunque fácil de superar, siempre se hace patente ante esos dolores ya inevitables y la sensación de que cada día uno se maneja peor en eso de subir y bajar escaleras o caminar durante mucho rato. ¡Que se le va a hacer!, solo queda una solución improvisada, recordar alguna situación graciosa o ver la parte amable de la vida y de nuevo vuelve ese espíritu de la mañana y la sonrisa que uno pretende mantener a toda costa. Como nunca me gustaron las gentes mal encaradas, serias de nacimiento, viejos de ánimo, huyo de ser como ellos y me río de mi mismo cuando no soy capaz de reírme del mundo absurdo que a veces me rodea y es que una sonrisa es capaz de levantar esa moral que espero nunca decaiga.
¿Que a que viene esto?, pues viene al cuento de que a diario veo gentes quejándose por motivos nimios, mal encarados permanentes que van por la vida con amargura sin motivo aparente, con una salud de hierro y quizá una vida desahogada que uno quisiera para si, incapaces de sonreír, incapaces de ver la parte amable de la vida que por el hecho de ser vivida ya es motivo suficiente para ser feliz y esbozar esa sonrisa ¿no os parece?, ¿será que no se afeitan y no se miran al espejo?

viernes, 23 de enero de 2015

Aquel tren...

Hay quien se empeña en hacer de su vida un desastre y lo consigue... la verdad es que no es difícil, basta con hacer todo lo contrario de lo que la razón dicta y aplicar un poco de osadía, ignorancia, autosuficiencia y aderezarlo con hacer oídos sordos a quien pretende ayudar, no escuchando consejos ni indicaciones...
Roberto era, una de estas personas: Dejó sus estudios por cobardía ante los exámenes, buscó un trabajo para salir del apuro y comenzó a trabajar recolectando fresas, tuvo idea de casarse y lo hizo con una mujer mayor que él que a poco del matrimonio le dejó por su jefe, trabajando un día se clavó una espina y tras la infección contrajo un mal incurable que le tuvo postrado en cama durante mucho tiempo, terminando con los pocos ahorros que tenia, desoyendo consejos de los familiares y amigos, cambió de residencia alejándose de todo lo que le unía al pasado y fue a terminar en las calles de una gran ciudad arrastrando en un pequeño carrito todas sus pertenencias.
Cierto día tomó un tren, sin saber bien a donde dirigirse, la cuestión era escapar, sin saber de que, cuando en realidad lo que pretendía era escapar de él mismo...Quiso el destino que aquel Once de Marzo, su tren volara por los aires en una atentado terrorista, entre hierros retorcidos pudo salir casi indemne y sacar de aquel vagón a tres personas más que aún respiraban, arrastró a la primera hasta el terraplén y sin pensarlo dos veces volvió otras tantas a meterse entre el fuego y el humo trayendo consigo a otros dos desgraciados que estaban a punto de perder la vida...y la vida tomó un nuevo sentido para él, sin que nadie se apercibiera de su presencia, se alejó del fatídico convoy haciendo la firme promesa de enmendar su vida...hoy conduce una ambulancia, sigue ayudando a otros, ha retomado sus estudios, su ilusión...terminar algún día sus estudios de enfermería y seguir ayudando...A veces haciendo las cosas por y para  otros, las hacemos para uno mismo.