martes, 27 de enero de 2015

Con la sonrisa puesta

Dicen que levantarse con una sonrisa, ayuda a sobre llevar el día con mejor espíritu, quizá tengan razón. Por las mañanas cuando voy a afeitarme me pregunto ¿Cuando me hice yo esta foto de carné tan grande? Y acto seguido me digo ¡Que mayor estas tío!, pero aquí sigues dando guerra y dispuesto a comerte un nuevo día, luego salgo y me preparo un buen café cargado, de esos que ayudan a despertar hasta los muertos (toca madera) y me voy silbando a la calle en busca de mi coche y un nuevo dia. Para compartir esta sonrisa, cuelgo en el Facebook algo gracioso, que espero sirva a los que lo puedan ver como me ha servido a mi mirarme en el espejo esta mañana, pero a medida que van pasando las horas, la sonrisa mañanera va dejando paso a una cierta tristeza que aunque fácil de superar, siempre se hace patente ante esos dolores ya inevitables y la sensación de que cada día uno se maneja peor en eso de subir y bajar escaleras o caminar durante mucho rato. ¡Que se le va a hacer!, solo queda una solución improvisada, recordar alguna situación graciosa o ver la parte amable de la vida y de nuevo vuelve ese espíritu de la mañana y la sonrisa que uno pretende mantener a toda costa. Como nunca me gustaron las gentes mal encaradas, serias de nacimiento, viejos de ánimo, huyo de ser como ellos y me río de mi mismo cuando no soy capaz de reírme del mundo absurdo que a veces me rodea y es que una sonrisa es capaz de levantar esa moral que espero nunca decaiga.
¿Que a que viene esto?, pues viene al cuento de que a diario veo gentes quejándose por motivos nimios, mal encarados permanentes que van por la vida con amargura sin motivo aparente, con una salud de hierro y quizá una vida desahogada que uno quisiera para si, incapaces de sonreír, incapaces de ver la parte amable de la vida que por el hecho de ser vivida ya es motivo suficiente para ser feliz y esbozar esa sonrisa ¿no os parece?, ¿será que no se afeitan y no se miran al espejo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario