viernes, 23 de mayo de 2014

"El disputado voto del Sr. Cayo"...

Nunca quise entrar en temas de política, pese a que la política inunda nuestra vida diaria y política es querer un mundo mejor, donde la injusticia, el hambre, las enfermedades no tengan cabida o puedan ser paliadas, política es desear un mundo no contaminado, la seguridad de que tu vida no va a ser invadida por nadie, que no exista temor a pasear con libertad y sin miedo. Política, no son discursos grandilocuentes llenos de promesas que nunca se cumplirán, no es un candidato de imagen pulcra y manos sucias, no es tapar con actitudes fingidas un desprecio al prójimo.
Si tenemos el derecho a votar, fue por que hace años logramos entre todos la libertad de poder hacerlo. Durante mis años de estudiante de derecho, asistí a cientos de asambleas, grité y me manifesté jugándome en ocasiones el tipo pese a mi manifiesta incapacidad para correr (En el año 1974, Compañeros de estudios tuvieron que sacarme por una ventana de la rotonda de Fonseca, antigua facultad de Medicina de Salamanca, ante la entrada en las aulas de “los grises” en una de sus cargas contra los manifestantes), Asistí a la ultima clase impartida por el profesor Tierno Galván en la Facultad de Derecho de Salamanca, en la Plaza de Anaya y vislumbre en aquel entonces un rayo de libertad que poco después sería un torrente imparable añorado durante años, acallado por una dictadura que parecía no tener fin.
Triunfó la voz del pueblo, ese mismo pueblo y gentes que hoy manifiestan su descontento y ponen en tela de juicio la cordura y rectitud de nuestros gobernantes…digo: “nuestros”, pues nosotros libremente los hemos elegido, bien o mal, somos en parte responsables de lo que ocurra,  nadie nos ha obligado a votarles, ya no se nos exige que justifiquemos como se hacia en la pantomima de la "Democracia orgánica" del franquismo, a quien y que habíamos votado, ahora podemos elegir y podemos decir que somos libres, pero esta libertad tiene su contrapartida, hay que hacerlo con responsabilidad, el periodo de reflexión era para eso, para que verdaderamente reflexionáramos y buscáramos entre todos una solución a tanto problema.
Hoy he roto mi promesa de no hablar de política y es que en el fondo, uno quiera o no forma parte de ella al tener derecho a voto y ejercer ese bien tan preciado que es la libertad.