jueves, 23 de febrero de 2012

Preguntas sin respuesta...

Hay ocasiones en las que uno mantiene un dialogo interno e intimo, en el que se plantea la existencia y el futuro incierto, por ser eso, futuro e imprevisible.
Ese extraño dialogo en el que las preguntas no suelen tener respuesta, rondan en torno a la salud y el futuro de los hijos. Las cosas no están como para tener una expectativa risueña y amable, la preocupación por como sobrevivirán el día de mañana, de como serán las vidas de mis hijos cuando yo falte (que espero sea muy tarde) no tienen respuesta.
Uno les ve avanzar en su camino, unas veces con éxitos y otras con tropiezos y lo compara con la existencia que uno ha llevado en la que también se alternaron momentos buenos y malos, donde conquistas y derrotas han poblado mi existencia como suele ocurrir a todo el mundo.
Nuevamente el tiempo esta presente en este dialogo, ese tiempo que uno ve agotarse día a día llenando de impaciencia momentos en los que me gustaría tener la capacidad para dejar resueltas las vidas de los míos, empeño imposible, pues nadie puede hacerlo.
¿Lograrán desenvolverse en esta selva humana?, ¿formarán una familia y esta será al menos tan estable y buena como la que yo he disfrutado?, ¿serán capaces de soportar todos los golpes que la vida les de?, ¿recordarán el ejemplo que su padres les dieron con su esfuerzo diario y atención permanente hacia ellos incluso olvidando su propia existencia?
Mi dialogo se interrumpe con la vuelta a la realidad. Lo tienen muy difícil. Solo ellos, al igual que hicimos nosotros, deberán tomar decisiones sobre su propia vida, sobre el camino que desean seguir, sobre la cantidad de esfuerzo que quieren hacer y sobre los objetivos de sus vidas. Nosotros (su madre y yo) solamente podremos seguir, como todos los padres, sirviendo de apoyo hasta que puedan volar solos, pidiendo que la salud nos permita seguir estando ahí cuando nos necesiten.
De nuevo las dudas y temores me asaltan cada vez que veo y leo las noticias en la prensa. Las oportunidades de encontrar empleo son cada vez menores, la inestabilidad en todos los aspectos de la vida parece no tener fin y uno termina por preguntarse ¿también nuestros padres tuvieron los mismos presagios?, ¿También ellos sintieron esta incertidumbre?.
Sin respuestas, he terminado por pensar, con un optimismo fuera de lugar, que en algún momento  las cosas tienen que cambiar y que el mundo seguirá girando aun después de que yo no exista…