domingo, 11 de mayo de 2014

Mis problemas con las muletas...

Hoy, reedito este antiguo post, para dar animos al hijo de un compañero que necesita caminar con muletas: ¡Animo, todo se consigue en esta vida! incluso andar bien con unas muletas por dificil que parezca...


 Hacia mucho que no usaba muletas…ya no recordaba lo complicadas que se pueden poner las cosas mas sencillas cuando tienes que usarlas y para mas INRI, ahora…que no solo me falla la pierna mala sino que además la otra…”la buena” ya esta cansada de soportar peso y a veces se “declara en huelga”.

A veces las cosas mas simples se convierten en lo mas complicado del mundo, por ejemplo…Llegas al garaje y para abrir la puerta, la empujas con un bastón mientras apoyas el otro… y abre… pega un portazo, pero abre… ¿ pero y para cerrarla?,¿ Como tiras de una puerta de seis metros de ancho por tres de alto que pesa un h… mientras sujetas una muleta para que no se caiga y te apoyas en la otra para no caerte tu?...pues, dando pequeños saltos, tirando de la puerta para cerrarla te acuerdas del primer hombre que pisó la luna y deseas saltar como él sin apenas gravedad, al tiempo que te acuerdas de la familia del que fabricó la puerta y no se le ocurrió hacerla automática…¡ y lo de afeitarse por las mañanas!... ejemplo…apoyas las dos muletas en el lavabo… te sujetas con una sola pierna ( la de la huelga) y cuando acercas las hojas de afeitar a la cara… rezas para no perder el equilibrio, pues aquello puede acabar como los de “Calle 13” y los del CSI, preguntándose como demonios ocurrió aquella carnicería. ¡Claro que peor es en la oficina!, si tienes que ir a fotocopiadora con un par de folios… pues bueno… los agarras con la boca y como un perrito con el periódico vas hasta ella … ¿pero y si tienes que fotocopiar un expediente de 230 folios? … os juro que he sido incapaz de sujetarlos con la boca…

Otra es entrar en un ascensor de esos que tienen un puerta exterior y dos interiores “ manuales” ( vamos que hay que empujarlas), de entrada bien… abres la puerta exterior, igual que la del garaje… empujas con las muletas las dos interiores y entras…una vez dentro y sin apenas moverte dejas apoyada una muleta dentro del habitáculo y haces equilibrios para llegar al pomo de la puerta exterior, que ya te queda lejos pues la puerta abre hacia fuera…tratando de no caer tiras de ella y la cierras y una vez cerrada viene la segunda parte, cerrar las otras dos sin caerte… cuando lo has conseguido, normalmente llega “el de turno” y te abre de nuevo las puertas para entrar él antes de que tu hayas pulsado el botón, y… es entonces cuando maldices haberte adelantado por una vez en la vida a algo… luego si el ascensor es lentito..bien… pero si es de los que arranca fuerte y de golpe es posible que acabes en el suelo pues te habías olvidado que el equilibrio se pierde por un tirón desde abajo… y te ha pillado desprevenido sin estar “apuntalado” con las dichosas muletas, cuando el otro apretó el botón de marras... “ para evitarte la molestia”

Conclusión: ¡Dios… que difícil es andar a cuatro patas!