viernes, 23 de marzo de 2012

Una tarde del pasado...

Caía la tarde de un día lluvioso, tras los cristales del balcón apenas se distinguían las torres e la catedral y el Campo San Francisco, aparecía vacío y triste en aquella tarde otoñal…apenas unos pocos viandantes se esforzaban en subir la “cuesta de Moneo”, luchando contra el aguacero y el viento, una ráfaga de aire arrancaba un paraguas de las manos a un caminante, mientras las copas de los árboles parecían saludar meciendose con viento,a los aventureros que se atrevían a caminar con aquel tiempo, la vieja camioneta del butano, paraba a la puerta de casa, al lado del Seat 600 de mi padre y de la moto de Bernadi, vecino del tercero, el guardia urbano, se había bajado de su pedestal cobijándose bajo los aleros de la antigua facultad de medicina, mientras la luz de la tarde se hacía mortecina, ¡Otro día más sin poder salir a la calle!...sentado en un sillón, las muletas apoyadas en el borde del reposabrazos, pasaba las horas entre Lecturas de ,Enyd Blyton y Los Cinco magníficos, Emilio Salgari, los inventos del TBO con su incomparable profesor, Tintín y el tesoro de Rackman el Rojo…Hacía pocos días que me habían operado, no podía moverme apenas y por aquel entonces solo había una cadena de TV, en blanco y negro llena de toros y fútbol, que aburría y aburría a conciencia.
La escayola molestaba aquél día mas de lo habitual y con 7 años, estarse quieto era casi imposible, un suplicio mayor que todo lo pasado en el quirófano y en el postoperatorio, para un “rabo de lagartija” que no paraba ni un solo instante.
Cuantos recuerdos, me trae la casa del “Grupo Mariano”, frente al Campo de San Francisco, esa casa que lleva cerrada mas de 17 años... hoy he vuelto a pasar frente a ella y por un momento la imaginación me hizo ver a mi madre en el balcón, regando sus plantas, pero…ya no había plantas, las persianas estaban bajadas y mi niñez se fue entre aquellas paredes, hoy vacías esperando una nueva vida.