lunes, 29 de abril de 2013

¿Cuestión de suerte?...


Cuestión de suerte o mala suerte… todo depende de como se miren las cosas…
Suerte haber nacido en 1952 cuando la cartilla de racionamiento (esa de la que nuevamente parece que estamos tan cerca ahora) dejó de existir. Cuestión de suerte o mala suerte que nueve meses después apareciera esa enfermedad que me ha acompañado durante toda mi vida y que la vacuna para la misma, fuera descubierta un año después. Suerte, fue tener tres hermanos con los que compartir correrías y suerte encontrar un cirujano que me hizo sentir, conejillo de indias y algo remedió mis males. Suerte, poder cursar estudios y encontrar a la mujer de mi vida cuando hacíamos el COU. Suerte, conseguir un trabajo, que ha llenado mis últimos 32 años y suerte, tener dos hijos maravillosos que siempre han sabido estar a la altura que de ellos se esperaba. Suerte, haber llegado a los 61 años y poder disfrutar de una jubilación parcial, que me deja tiempo para dedicarme a los míos como ellos merecen.
¿De verdad creéis que es cuestión de suerte?...¡pues yo no!…estoy convencido que las cosas ocurren por que tienen que ocurrir sin intervención alguna de la suerte y mas bien por la disposición que uno pone ante los avatares de esta vida.
He luchado contra la enfermedad, en mis estudios, en mi trabajo diario, (quizá robando tiempo a la familia), por mi mujer y mis hijos, por llegar hasta estos días en los que el tiempo transcurre placido y con la libertad de poder hacer aquello que desee en cada momento, sin tener que estar mirando el reloj o pendiente de correos electrónicos y llamadas de trabajo. No echo de menos reuniones ni viajes laborales, solo, el recuerdo de aquellos compañeros de andadura con los que llegue a establecer unos lazos invisibles pero duraderos y que de vez en cuando me llaman para ver que tal estoy. (También pudo haber sido cuestión de suerte habernos cruzado en el camino… ¡pero no!).
Hoy sigo mi andadura, relajado, tratando de que los años me permitan seguir caminando, (aunque con dificultad), esos paseos diarios en los que encuentro a antiguos compañeros de colegio y trabajo, con los que por unos instantes nos paramos a departir y compartir inquietudes y recuerdos de tiempos ya casi olvidados.
¡Suerte!, la suerte se la busca uno mismo, solo hace falta poner empeño en todo lo que se hace.
Podría decir que no creo en la suerte, pues hacerlo puede traer “mala suerte” (no es superstición, es solamente que no creo en ella), por ese motivo, cuando alguien me dice ahora… ¡Que suerte estar jubilado!, se me escapa un sonrisa pensando… ¡Me ha costado 32 años conseguirlo, esforzándome todo lo que he podido en mi trabajo y este dice que “que suerte”!...
En fin, cada uno ve la vida a través de un cristal distinto…