miércoles, 4 de marzo de 2015

Aún queda camino por andar...

Instintivamente al verla venir, me aparte de su camino franqueándola el paso, al cruzarnos coincidieron nuestras miradas mientras el silveante sonido del motor eléctrico fue apagado  por una frase de agradecimiento al que respondí con un...de nada.
Volví mi cabeza y la vi alejarse sobre aquella motorizada silla de ruedas, en mi pensamiento y por un momento, me vi en igual situación, pero inmediatamente y moviendo mi cabeza en signo negativo deseche esa no lejana idea a la cual me resisto y resistiré mientras tenga fuerzas.
Hoy, dolorido a cada paso, sigo sintiendo una satisfacción interna que no podéis ni imaginar, cada vez que terminó uno de esos, ya no tan largos paseos pero que cada día inició con ilusión, recordando otros más largos en las calles de París o Madrid.
Las calles de Salamanca ya se me han quedado cortas, pese a que cada día las siento más largas y empinadas, mi mayor ilusión es volver a caminar las calles de Valencia o de Granada en compañía de mi mujer y mis hijos, volver a sentir que soy capaz, que sí puedo, que aún no hay nada que me detenga.
La imagen de la silla quedará aparcada, olvidada,mientras tenga fuerzas. Hace ya once años que alguien me pronóstico que terminaría sentado en una de ellas y no tardando mucho, pero mi empeño en llevarles la contraria sigue dando buenos resultados. Caminaré y Caminare, mientras haya camino que recorrer, senda que andar, paisajes que ver, gentes que conocer y momentos para disfrutar. Una vez más a pesar del dolor, sacó fuerzas de flaqueza terminando por decirme aún queda camino por andar.