martes, 8 de abril de 2014

¿Avión de papel ó halcón?

Dicen que el avión de papel, sube mientras hay alguien que lo lanza y las corrientes de aire le son propicias, mientras que las aves vuelan libres, con su propio esfuerzo sin depender de nadie ni de nada.
Esta imagen, es la que siempre he querido inculcar a mis hijos y creo haberlo conseguido, no con charlas interminables ni consejos verbales, si no con el ejemplo diario de esfuerzo y dedicación, sin poner disculpas y reparos a las obligaciones cotidianas.
El globo vació, asciende rápido sin apenas esfuerzo, pero como todo lo que no cuesta conseguir, termina cayendo deshinchado.
He visto engreídos de mentes vacías, subir a altos podios, inflados de vanagloria no han sabido esforzarse por superarse día a día y ganarse los puestos que ocupan y he visto a modestos labradores luchar interminables jornadas, contra inclemencias y contrariedades. Estos son las aves que vuelan libres y seguras, conquistando en cada momento, la satisfacción personal sin engreimientos ni vanaglorias, en silencio, ejecutando su labor diaria, de forma callada, pero constante, incansable, pertinaz.
Hoy, desde la perspectiva de muchos años dedicados a esa lucha diaria, me he sentido halcón volando libre con la libertad que me ha dado el deber cumplido y el descanso de una jubilación, que aunque parcial, me compensa de sinsabores pasados, decepciones y desengaños.
Ya nada de lo pasado tiene importancia y solo quedan en mi recuerdo, aquellos momentos en los que me sentí feliz cuando al terminar mi jornada, miraba atrás y podía decir…¡todo quedó resuelto!. No hubo palmadas en la espalda, halagos, reconocimientos. Era mi deber y lo cumplí lo mejor que pude, supe y me dejaron y cada paso dado fue un batir de alas que me hizo ser libre, fuerte, con la energía que da el deber cumplido y la satisfacción personal que no necesita de otro premio que estar bien con uno mismo.
Hoy me he sentido Halcón.