lunes, 28 de mayo de 2012

La magia del optimismo...


Hoy es un día de esos que yo suelo llamar “extraño”, un dia de esos, que los médicos ya me advirtieron hace años, tendria de vez en cuando, y que no guardaria relación el nivel de cansancio con el esfuerzo realizado, un día en que después de un fin de semana relajado y descansando, las fuerzas parecen haberme abandonado y siento mis brazos pesados, las piernas doloridas y la espalda recordándome que debo adoptar una postura correcta que no termino de encontrar. La sensación de cansancio se prolonga mas allá de lo normal, si  en mi caso por normal se entiende que siempre y cada día mas, note que las fuerzas físicas me abandonan y me hacen emprender una lucha contra lo irremediable. Otra batalla mas que ganar y por la que luchar, otro día en que tengo que hacer lo imposible para mantener un ritmo adecuado y no abandonarme al desanimo ni la tristeza, otro día en el que al terminar la tarde puedo decir que al menos hoy, he quedado en empate.
Dentro de unos días tendré que volver a pasar por pruebas de control que cada día se me hacen mas pesadas, a sufrir la tortura de la electro miografía, que es como si te cargaran el móvil pero esta vez las descargas eléctricas van a mis extremidades (cualquier día me electrocutan o me dejan como un pollo asado) y a veces me he preguntado ¿total para que?, si cada vez que voy termino sintiéndome como un desahuciado, (menos mal que uno lo toma a broma) pues terminan siempre diciéndome, que no pueden hacer nada y me mandan para casa con una receta de paracetamol y algún que otro protector gástrico (genéricos por supuesto, por no hacer gasto, que digo yo…pues no están las cosas de los medicamentos para tirar cohetes). En fin, lo importante... que aquí sigo, con mas o menos achaques , con mas o menos dolores, con mas o menos ganas de seguir acudiendo a las consultas, pero con unas ganas enormes de no perderme nada en esta vida, ya sea momentos familiares, viajes a ver a mi hija, paseos al atardecer terminando con una  caña sentado en alguna terraza de la plaza, despues de una jornada de trabajo en la que como siempre he tratado de dar lo mejor de mi mismo y siempre, con la voluntad de seguir adelante pase lo que pase y quizá pese a quien le pese.Hoy si fue uno de esos "dias extraños", en los que la magia del optimismo me ayudó a terminar el dia.