miércoles, 12 de junio de 2013

Mucho camino por recorrer...

Fueron muchas las horas que uno dedicó a los viajes de trabajo, hoy liberado de aquellas excursiones, suele venirme a la mente lugares, gentes y situaciones vividas durante mi vida laboral. Algunos momentos que con cariño guardo en ese gran cajón de la memoria y otros menos afortunados en los que las cifras no salían y había que dar mil explicaciones.
En el fondo de todo ello, queda un poso amable que con nostalgia unas veces repaso lentamente y con alegría de haber dejado atrás aquel camino que ya se me hacia difícil de seguir por mis achaques y el desgaste diario que no perdona hueso ni músculo.
Hoy que las horas pasan mansamente valoro aquellos instantes en los que algún compañero te echaba una mano en algún momento conflictivo o momentos distendidos en los que las bromas y chascarrillos amenizaban un descanso para el café, antes de continuar con jornadas maratonianas en las que cifras, proyectos y mil cursos terminaban normalmente al anochecer con una cena rápida (siempre suculenta, si bien es cierto) para continuar al día siguiente con mas de lo mismo.
Treinta y dos años, han dado para mucho, toda una vida dedicada a resolver problemas ajenos de clientes desconocidos, cumplir objetivos de empresa y buscar soluciones a trabas administrativas, comerciales, laborales.
Hoy es el día en que uno puede dedicarse de verdad a dar solución a problemas personales y familiares, a restaurar, en plan de distracción, aquel viejo bastón que quedó arrinconado o reparar aquel desperfecto del coche que no merecía la pena lo hiciera el chapista, Colocar los libros de aquella estantería o simplemente arreglar aquella esa puerta que tanto rechinaba en casa.
Hay tiempo de sobra para releer aquel libro que un día me regalaron mis hijos que dormitaba en uno de los estantes de la librería.
Todo transcurre con lentitud, ya no hay prisas para nada y los amaneceres son relajantes y relajados mientras uno se toma el café de la mañana sin prisas viendo como asoma en el horizonte un nuevo día.
La tranquilidad se ha instalado en mi, siento el paso de los días con la lentitud de quien no tiene mas obligaciones que las de compartir preocupaciones y alegrías con la familia, esa familia que uno se forjó, llenándola de cariño y desvelos y que hoy me devuelve con creces mis horas de preocupación por sus exámenes, su salud, su bienestar, llenando de cariño estos momentos livianos que el tiempo me regala en una madurez llena de achaques que trato de ocultar para no dar preocupaciones innecesarias.
Y mientras, los recuerdos se agolpan en mi memoria, las nuevas preocupaciones diarias por la salud de los míos y su bienestar, llenan estos momentos que suponía antes de jubilarme, serian vacíos y tediosos...¡no hay tiempo para el aburrimiento!, siempre hay algo que hacer y que termina por llenar el día...Que razón tenia algún amigo que me dijo no hace mucho...”hay vida después del trabajo”... y esa vida, "nueva vida", me esta sirviendo para saber que aún puedo y tengo mucho camino que recorrer....