martes, 16 de septiembre de 2014

Las cosas, por su nombre

 Hace tiempo, el País publicaba un articulo de Javier Marías, en el que decía no entender como se había llegado a tal grado de estupidez por no herir susceptibilidades ni ser políticamente incorrecto, que a veces se aplican adjetivos extraños con tal de no ofender a la mujer, al invalido o al que no es sexualmente igual que la regla general.

Y efectivamente, le doy la razón, he podido leer que a veces se llega a la estupidez por parte de algún político que dándoselas de progresista dice: “ Nosotros y Nosotras” ,al comenzar su discurso, dándonos a entender según mi opinión que no tiene clara aún su postura sobre su sexo…Otros, por no llamar a las cosas por su nombre aplican adjetivos como “Minusválido” (¿Qué valen menos que quien…?), al cojo, al manco y al ciego, con lo fácil que es llamar a las cosas por su nombre… podríamos llegar a llamar, si seguimos así, a Cervantes como el “Minusválido de Lepanto” ( Por cierto fue mas “Chulo” que nadie… escribió el Quijote con una sola mano).

Rizando el rizo, se habla de “personas de color”, un eufemismo que no nos aclara para nada la procedencia de tal individuo, en la escuela nos enseñaron que el Negrito venia de África, el amarillo de Oriente y el piel roja de América y así por no llamar al negro “negro” y que te tachen de racista se acude a otra trampa lingüística, con un uso de la semántica mas propio de regimenes totalitarios como el Nazismo que nunca llamó a las cosas por su nombre.

Llamar “matrimonio” a la unión entre dos personas del mismo sexo demuestra tal desconocimiento de la Historia y la semántica que asusta pensar que quien lo propone pueda estar dirigiendo nuestra vida política.

Así los asesinados en un atentado pueden ser “daños colaterales” y los soldados muertos por sus propios compañeros,”fallecidos por fuego amigo”, los que se llevan a espuertas el dinero ajeno ya no son ladrones, son “presuntos defraudadores” e incluso se les llega a dar horas y horas de televisión contando sus hazañas.

En fin…seamos claros..el castellano nos lo permite con su riqueza…LLAMEMOS A LAS COSAS POR SU NOMBRE

domingo, 14 de septiembre de 2014

Siempre en mi recuerdo...

Asciende entre eucaliptos centenarios, al borde del acantilado, un sendero plagado de bayas y hojas de agradable olor, al fondo, la vieja casona del guarda y el faro que incansable marca la posición a los navegantes. Una lagartija corre a esconderse a nuestro paso y el canto de las aves entre las ramas acompaña cada uno de nuestros pasos. Es el monte Somo, al lado de la playa de Santa Marina en Ribadesella,(de el que os dejo una foto aerea) paseo obligado cada vez (y cada vez son las menos) que tengo oportunidad de volver a los lugares de mi niñez. Desde lo alto, una hilera de viejas casonas se extiende a todo lo largo de la playa, esa playa de frías aguas y olas tenaces en la que tantas veces me zambullí y en las que ahora con los años, las fuerzas que fallan, no me permiten volver a sentirme mecido entre sus olas. ¡Cuantos recuerdos!, aquel viejo caserón del "Pandiello", el perro de lanas rojizas y por nombre Yul, la pesca de cangrejos en aquella ría (Hoy impensable y prohibido como tantas cosas) y las correrías por el lugar de cuatro hermanos que nos criamos amando aquellas tierras de nuestros antepasados.
Todo ha cambiado, una marabunta de nuevas edificaciones inunda gran parte de las laderas antes verdes que circundaban el lugar. Han desaparecido las  Pumaradas y los verdes prados invadidos por el hormigón y el betún de sus calles. Una extraña sensación de tristeza me llena el alma cuando ya no reconozco apenas aquellos lugares hoy llenos de bullicio pachanguero de adosados tapando lo que antes fue naturaleza viva. Ya nada es igual, me cuesta reconocer aquel paraíso perdido en el que vivía tres meses al año y donde compartí juegos con mis grandes amigos Julio, Agustín, Fernan, Tino. Donde podíamos corretear con nuestras bicicletas sin miedo al tráfico y subir monte arriba sin tener que sortear vallas ni alambres de espino. El progreso amigo Fernando, me decía uno de ellos, el progreso que no cesa, pero aún nos queda el recuerdo de aquellos años y ese no nos lo quita nada ni nadie.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Memoria de aquel viaje a Tierras gallegas...

Hace ya muchos años, allá por los años 60, durante un año Xacobeo, emprendimos toda la familia un viaje hacia tierras gallegas con el fin de cumplir con el Jubileo. Fue un largo viaje en aquel SEAT 1.500 negro, de formas redondeadas pero de robustez probada, que nos llevó por las casi intransitables carreteras de la época hasta Santiago de Compostela. Dos etapas fueron necesarias, una desde Salamanca hasta Orense y otra desde Orense a Santiago, donde pudimos hospedarnos en lo que por aquella época era un gran complejo para acoger peregrinos y que recibía el pomposo nombre de Burgo de las Naciones.
Horas de carretera superando los puertos del Padornelo y la Canda, haciendo escalas en Puebla de Sanabria (Hotel los Perales) y Verin, que aquel viejo vehículo superó sin grandes problemas. Carreteras casi vacías que nos llevaron por tierras gallegas hasta nuestro destino.
Recuerdo, como si de hoy se tratara, una parada imprevista de mi padre, en un mirador de carretera, muy cerca de Vigo, desde el que se podía ver la hermosa ría. (Quizá para fumarse ese cigarrillo que siempre estaba en sus manos). Se bajó del coche y mientras liaba con habilidad su Ideales, caminaba hacia el borde del mirador, observando con detenimiento el paisaje en silencio, ante la atenta mirada de mi madre, que con una sonrisa, esperaba seguramente un comentario de mi padre al que conocía demasiado bien. 
Tras unos minutos de silencio, y volviéndose hacia mi madre, soltó la fase esperada ¡Muyer, tengo que reconocer que Asturies ye muy hermosa, pero Galicia no quédale a la zaga!
Había roto sin saberlo aquella leyenda de desencuentros entre Gallegos y Asturianos, su admiración por las tierras galegas, aumentó con cada kilómetro recorrido y lo que en principio era un viaje a Santiago, terminó siendo un periplo de 7 días recorriendo la costa y las maravillosas rías, visitando rincones inolvidables hasta terminar en lo alto del Monte Tecla observando la desembocadura del Miño.
Aquí, también, en mi memoria hay grabada un peripecia que por suerte quedó en mera anécdota. Al cruzar el puente de hierro que unía Galicia y Portugal, hacia la mitad del puente, aquel SEAT, que había aguantado el tipo ante miles de curvas, rompió la dirección, solo la habilidad de mi padre y sus reflejos evitaron que cayéramos al río. Un pasador de la dirección se había roto y nos dejó anclados durante unas horas en la frontera, sin poder continuar camino, pero agradeciendo que no hubiera ocurrido el percance en una de las múltiples curvas del camino.
Un gran viaje, de el que conservo una única foto,(esta que hoy ilustra el post), escayolada mi pierna izquierda. Para rematarlo, aquel año me habían operado y para terminar este pequeño relato os diré que todo el viaje lo hice en el asiento de atrás de aquel viejo SEAT, semitumbado pues no podía sentarme como era debido al no poder doblar la pierna.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

¿Qué es LIBERTAD?... Libertad, no es sentir una punzada en la rodilla o la cadera, cada vez que empiezo a caminar. Libertad, no es tener que estar pendiente de la medicación  a primera hora de la mañana y a mediodía. Libertad no es tener que pararse cada cuatrocientos metros cuando estas paseando. Libertad, no es tener que acudir a revisiones cada cierto tiempo, para que terminen siempre diciéndome lo mismo. Libertad no es depender de un bastón y un aparato ortopédico para seguir manteniéndome en pie.
Soy prisionero de las S.S. (Entenderme…de La Seguridad Social).
Pero a pesar de todo hay una LIBERTAD, que nadie ni nada me puede quitar, la libertad de seguir contradiciendo a quien hace años me auguraba estar en poco tiempo en una silla de ruedas. Soy libre para seguir caminando y a cada paso sonreír pensando que les estoy llevando la contraria, que mi ilusión aumenta en cada zancada, acompañada por cada punzada en la cadera, por cada fallo de mis rodillas, por cada amago de caída que logro superar.
Soy libre para seguir pensando que aún puedo llegar a mis destinos, paso a paso, aun teniendo que parar cada poco para coger fuerzas y libre para pensar que aquella vez que un trombo me dejó sin vista, fue solo un aviso para que me cuidara más.
Libre para ilusionarme con un simple paseo, libre para pensar, que seguiré así durante muchos años.

Mi cuerpo ha sido prisionero casi desde que nací, pero siempre ha sido redimido por una mente libre que le ha ganado la partida. Ahora que los años han aumentado su fuerza represiva, mi cabeza ha redoblado sus esfuerzos y me dice que puedo seguir siendo libre, que sin ser Superman, puedo ganar la batalla diaria y gritar SOY LIBRE…

martes, 2 de septiembre de 2014

La neblina del tiempo pasado

Han pasado los meses,los años, el tiempo, que dicen todo lo cura, (hay ocasiones que no es verdad y los achaques los empeora), ha pasado sin que nada nuevo me haya alarmado, pese a los cada vez mayores dolores en las piernas que con un pequeño esfuerzo supero con la ayuda de algún calmante y echándole buen humor a mis limitaciones, el Otoño ya esta a las puertas, esa estación que tanta aprensión me produce y que en ocasiones ha llegado a inundarme de una tristeza y nostalgia cuya causa no acierto a desvelar, pues no hay motivos para ello. Otoño cargado de amarillos y ocres, antesala de blancas nieves y fríos intensos en esta estepa castellana que no entiende de términos medios. Quizá por eso, los recuerdos quedaron congelados y ahora vuelven con mayor fuerza, morriña de horas junto al mar, saudade de gentes con las que compartí horas de trabajo, viajes y reuniones y de las que no he vuelto a saber nada, son muy pocos (quizá me sobran dos dedos de la mano para contarlos), con los que he seguido manteniendo un contacto y compartiendo inquietudes. Muchas veces me he preguntado por que esta lejanía, parece como si mi cambio de status hace ya casi dos, años hubiera supuesto un cambio de país alejándome de ellos tanto que ni las nuevas tecnologías no fueran capaces de superar esta distancia, pero la distancia no es física, uno pasa rápidamente al olvido y del olvido a ser ignorado. Solamente tres J, JC Y X han permanecido fieles a la amistad que un día se forjó durante horas de trabajo, de vez en cuando se dejan ver por este blog, con guiños de amistad sincera, que terminan por hacerme sentir que no todo el mundo es igual, que siempre en tu camino vas a encontrar gentes a las que mereció la pena conocer y a las que has ido cogiendo un afecto especial compartiendo con ellos algo mas que una relación de trabajo. No hace mucho me contaban que un medico rural, tras haber dedicado mas de 45 años a las gentes de una pequeña localidad, llegó su jubilación, nadie, nadie fue a despedirle en su marcha, a los pocos meses ya nadie le recordaba, desmemoria ingrata la del ser humano, efímero pasar de nuestras vidas que quizá dentro de unos años solo recuerden los mas cercanos, decía el poeta que lo nuestro es pasar, pasar haciendo camino, camino, que yo añado termina al andar.