martes, 2 de septiembre de 2014

La neblina del tiempo pasado

Han pasado los meses,los años, el tiempo, que dicen todo lo cura, (hay ocasiones que no es verdad y los achaques los empeora), ha pasado sin que nada nuevo me haya alarmado, pese a los cada vez mayores dolores en las piernas que con un pequeño esfuerzo supero con la ayuda de algún calmante y echándole buen humor a mis limitaciones, el Otoño ya esta a las puertas, esa estación que tanta aprensión me produce y que en ocasiones ha llegado a inundarme de una tristeza y nostalgia cuya causa no acierto a desvelar, pues no hay motivos para ello. Otoño cargado de amarillos y ocres, antesala de blancas nieves y fríos intensos en esta estepa castellana que no entiende de términos medios. Quizá por eso, los recuerdos quedaron congelados y ahora vuelven con mayor fuerza, morriña de horas junto al mar, saudade de gentes con las que compartí horas de trabajo, viajes y reuniones y de las que no he vuelto a saber nada, son muy pocos (quizá me sobran dos dedos de la mano para contarlos), con los que he seguido manteniendo un contacto y compartiendo inquietudes. Muchas veces me he preguntado por que esta lejanía, parece como si mi cambio de status hace ya casi dos, años hubiera supuesto un cambio de país alejándome de ellos tanto que ni las nuevas tecnologías no fueran capaces de superar esta distancia, pero la distancia no es física, uno pasa rápidamente al olvido y del olvido a ser ignorado. Solamente tres J, JC Y X han permanecido fieles a la amistad que un día se forjó durante horas de trabajo, de vez en cuando se dejan ver por este blog, con guiños de amistad sincera, que terminan por hacerme sentir que no todo el mundo es igual, que siempre en tu camino vas a encontrar gentes a las que mereció la pena conocer y a las que has ido cogiendo un afecto especial compartiendo con ellos algo mas que una relación de trabajo. No hace mucho me contaban que un medico rural, tras haber dedicado mas de 45 años a las gentes de una pequeña localidad, llegó su jubilación, nadie, nadie fue a despedirle en su marcha, a los pocos meses ya nadie le recordaba, desmemoria ingrata la del ser humano, efímero pasar de nuestras vidas que quizá dentro de unos años solo recuerden los mas cercanos, decía el poeta que lo nuestro es pasar, pasar haciendo camino, camino, que yo añado termina al andar.

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