lunes, 20 de mayo de 2013

El reto de existir...


Haber dedicado mucho tiempo a demostrarse a uno mismo que es capaz de casi todo, de superar las dificultades que esta vida te va poniendo en el camino, termina por convertir en un habito, quizá hasta en una manía, el que cada vez que se plantea un escollo en el camino, uno se empeñe en superarlo como sea, quizá sin medir en ocasiones las fuerzas que el tiempo se encarga en mermar o si de verdad merece la pena asumir ese nuevo reto. Pero uno es como es y no me sustraigo ante los pequeños retos de cada día pese a que ya en algunas ocasiones (mas de las que uno desea), tenga que desistir por que o bien las fuerzas ya no son lo que eran o por que hay otros retos, en los que realmente me juego la existencia o una calidad de vida que cada día se reduce en el plano físico.
No por ello, abandono mi empeño en retrasar lo mas posible en el tiempo ese día en el que quizá necesite yo la ayuda de otros, que hoy persevero para con terceras personas que necesitan de mi apoyo en prestarlo sin ninguna restricción salvo cuando de levantar pesos de trata o caminar en exceso.
Al llegar la noche, caigo rendido físicamente, pero con la satisfacción del deber una vez más cumplido y mis pequeños objetivos logrados.
¿Cuanto tiempo más podré seguir enfrentándome a estos retos? Una vida que se supone mas relajada tras una jubilación parcial, no termina de darme el respiro que quizá debería tener, mi atención esta acaparada en estos momentos por la enfermedad de un familiar y he llegado hasta olvidarme de mis pequeños dolores tratando de paliar los suyos (siempre hay algo positivo y así hay que verlo).
Nunca fue fácil poner buena cara al mal tiempo y sin embargo. ¡Lo hice! Encontrar la parte buena de las cosas, ¡y la encontré! Sacar fuerzas de flaqueza, ¡y lo logré!
No se que me depara el destino, como ninguno lo sabe, solo el día a día va llenando las paginas de nuestra existencia y de nosotros depende como llenemos ese tiempo vivido. Al final solo quedara un vago recuerdo, perecedero en el tiempo, de nuestro paso por esta tierra y mi deseo es que dicho recuerdo, al menos, sea amable para aquellos que compartieron momentos de mi vida.

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