Fueron años en los que el tiempo parecía detenido, entre verano y verano, el curso se hacia largo en aquellas aulas en las que pasábamos nuestras horas de estudio y en las que la hora del recreo, que siempre se hacia desear, servia para afianzar lazos de amistad con algunos compañeros a los que el tiempo se encargaría de alejarnos físicamente, pero no terminar en el olvido..
Un colegio de nueva factura, aulas impecables presididas siempre por alguna figura religiosa como correspondía a un Colegio Marista, un gran patio en el que cuatro campos de fútbol, dos de baloncesto y una pista de jockey hacían nuestras delicias durante las horas de asueto. Hay imágenes que ninguna cámara recogió pero que quedaron grabadas en nuestra memoria. Aquellas fiestas colegiales a finales de mayo en los que todos nos dividíamos en dos bandos (uno verde y otro azul) y las competiciones durante esos días eran permanentes y motivo de alegrías.
Un pregón del que se encargaban los mayores y representaciones varias en el salon de actos, películas nuevas y muchos, muchos petardos y bombetas que ennegrecían paredes y suelos, con un estruendo permanente que no dejaba lugar a duda de que estábamos en fiestas. Era el anuncio de un cercano fin de curso en el que los exámenes nos traerían momentos de nervios y preocupación ante unas notas que no siempre terminaban reflejando nuestras esperanzas y esfuerzos.
¿Cuantos años han pasado?, ¿cincuenta y tantos? Y la memoria sigue ahí, trayéndome imágenes y momentos de una niñez y juventud en los que la mayor preocupación era terminar un curso de manera decente y no tener que pasar el verano estudiando esas dichosas matemáticas que a mi siempre se me atravesaban.
Hoy ilustro este post con una foto recuperada del año en que a los mayores nos tocó organizar esas fiestas colegiales en el año 1970. (Como siempre el que está sentado soy yo disimulando mi cojera). ¡Que jóvenes éramos!, a penas unos niños que comenzábamos a sentirnos hombres a los que ya esperaba una Universidad en la que terminar de formarnos y labrarnos el futuro. Tiempos de estudio y tiempos de recuerdos que hoy han vuelto de la mano de esta foto rodeado de las madrinas de las fiestas y antiguos compañeros Oscar, Guillermo, Javier…a los que ya hace mucho perdí la pista, pero cuyo recuerdo permanece en mi memoria.
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