Uno recuerda en algunas ocasiones la anécdota que se cuenta en esta Salamanca, sobre la exageración de las cosas a medida que se transmiten de boca en boca.
Cuentan que habiendo tropezado un ciudadano a la orilla del río casi se cae al agua, pero el asunto solo quedó en susto y mero encontronazo.
Uno de los presentes, contaba el suceso a otro y le decía... hoy paseando junto al Tormes vi, Como una persona tropezaba y se caía al río. Luego, este relataba el suceso a un tercero de la siguiente forma, Hoy se ha caído uno al río y casi se ahoga, lo sacaron inconsciente...La historia se repetía por un cuarto, que contaba ya la muerte de una persona al haber caído al río y así de boca en boca corrió, calle San Pablo arriba, algo que era una mero tropezón y terminó contándose en la Plaza Mayor como que varias personas que trataban de cruzar el río en una barca, habían volcado ahogándose cuatro de ellas…
La transmisión boca a boca de una pequeña historia termina por deformarse tanto y en tal cantidad cuanto mayor sea al número de transmisores de la noticia.
Algo parecido ocurre Facebook y Twiter, meras especulaciones de un individuo terminan por poner en aprietos a otros al exagerarse cosas sin importancia e ir añadiéndose detalles de cosecha propia de cada transmisor.
Para más INRI, somos un país que tiende a exagerar las cosas, a dramatizar pequeños detalles y aumentar pequeños males dejando inexplicablemente de lado las grandes tragedias, quizá por pensar que a uno nunca le van a afectar cosas tan gordas, que se ven como lejanas y ajenas a nosotros.
Ahora cuando a fuerza de machacarnos la prensa con primas de riesgo, deudas multimillonarias de los bancos, preferentes que no lo son, quiebras de grandes empresas, jubilaciones de altos directivos con importes astronómicos, amenazas de embargos, salida del euro…comienza a correr de boca en boca el mal estado de algún banco, el posible cierre de una gran empresa, el ere de alguna entidad que siempre nos pareció intocable… y en este maremagnum ya comienza a subir el tono de alarma ( más de la que ya teníamos) y la inquietud pues cada uno añade, como en el caso de los ahogados de Salamanca, un punto mas de inquietud en cada comentario.
Que las cosas no van bien, eso ya lo sabemos todos, pero, ¡Tos quietos hasta ver!...dar un tiempo al tiempo y de paso poner alguna vela al santo al que mas devoción tengáis, por si las moscas…
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