viernes, 21 de octubre de 2011
Cordura y locura
Hace unas horas y por casualidad haciendo zapping, caí en la cadena de Interecomomia, en el momento en que un grupo de contertulios comentaban el cese de actividades de ETA y a la vez la muerte de Gadafi... era tal de barullo de información, con interrupciones continuas entre los contertulios y las voces desmedidas de los comentarios, que uno casi termina por pensar, mas bien entenderles, que gracias a la muerte de Gadafi, ETA ha dejado las armas y que el tirano era el causante de la existencia de la organización que hoy nos ha dado una alegría (de momento en pañales) a los españolitos de a pie que deberia terminar al menos, dejando las armas de una vez por todas,(pidamos que así sea), a si mismo algún comentario que pretendía ser jocoso apuntaba a la mala suerte de los pilotos españoles que acababan de regresar a España y no habían sido los que ametrallaron al dirigente Libio poniendo en sospecha el hecho de que quince camiones de resistentes estaban esperando al tirano y se les adelantó una caza extranjero abatiéndolo con una ráfaga de ametralladora, alguien se preguntaba, ¿es que temían que los resistentes lo cogieran vivo y contara mas de lo que se debía?. Bromas a parte, HA SIDO UN GRAN DIA en el que de nuevo la libertad se abre paso, en el que uno recupera parte de la confianza perdida en la humanidad, pese a que aún sigue pendientes Haití, Somalia y tantos lugares donde la muerte campa a sus anchas y nadie parece poner remedio, mientras se dilapidan cantidades ingentes de dinero y medios en los países desarrollados. Pocos dictadores quedan en el planeta y mientras exista uno solo y una sola organización dedicada a provocar el terror y causar el dolor con victimas inocentes (siempre lo son), no habré recuperado mi confianza en el ser humano. Decía Einstein: "hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana", añadiendo a renglón seguido: "y no estoy tan seguro de la primera". Espero que la cordura se imponga en nuestro mundo, pero mucho me temo que no llegaré a ver como se deponen todas las armas y se distribuye la riqueza de forma racional ayudando a los más necesitados. Seguíra, por desgracia imperando la locura.
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