jueves, 19 de enero de 2012

Ese otro dolor...

Hoy mi dolor no es físico, hoy “me duele el alma”…
Me duele Somalia y países limítrofes en el cuerno de África, donde mueren miles de niños de hambre. Su grito (Silencioso, pues la debilidad no les permitía gritar de verdad), debería romper los tímpanos de aquellos que no prestaron la ayuda necesaria y ahora se justifican diciendo que necesitaban verificar la necesidad de esos pequeños.(1)
Me duele Haití, solo recordada por unos pocos (Mi buen amigo Xose Manoel y Forges, que no pierde ocasión de poner al pie de sus viñetas “no te olvides de  Haití” o recordárnoslo día a día a través de su Facebook).
Me duele Japón y sus gentes, aquellas que todo lo perdieron en la furia desatada del Tsunami.
Me duelen los oprimidos por los regímenes dictatoriales que enarbolan el bien común como bandera, cuando lo único que hacen es mirar por el bien propio.
Me duele ver la necesidad que pasan muchas familias en paro mientras otros derrochan y exhiben sin pudor en televisión, sus grandezas y lujos innecesarios.
Me duele ser estafado por quien debería haber velado por el bien de todos y solo aprovechó su cargo para arrancar el pan de las manos de quien le puso en ese puesto y burlando la justicia se enriqueció a costa de ello.
Me duele una justicia laxa, que siempre encuentra justificación a la aplicación de penas blandas a quien llegó a quitar la vida a otro.
Me duele la revancha, la prepotencia, la desidia, el silencio de los corderos, el quítate tú para que me ponga yo.
Hoy me duelen tantas cosas, que no calman los medicamentos, que el dolor se hace insoportable por encima del dolor físico.
Hoy ¡Me duele el alma!...

(1) Si la comunidad internacional hubiera reaccionado antes a la hambruna que azota el Cuerno de África, se habrían evitado entre 50.000 y 100.000 muertes, según aseguran Intermón Oxfam y Save the Children, en el informe 'Un retraso peligroso' hecho público hoy

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