En alguna otra ocasión hable del agradecimiento y la educación, de los buenos modales y el saber estar que uno echa de menos en muchas ocasiones.
Trabajo rodeado de un grupo de personas que habitualmente y quizá saltándose algún procedimiento, por ejemplo, como podría ser pedir algo por correo electrónico, me piden de viva voz (en ocasiones a gritos, cuando no hay publico), que haga tal o cual cosa que solamente yo puedo hacer por mi cometido. De igual manera suelo contestar de viva voz… ¡fulanito o fulanita!… ¡ya esta hecho!, y siempre (mira que debo estar rodeado de gentes extrañas) terminan gritándome ¡Gracias!...
Lo habitual hoy es que abras la puerta a alguien para que pase y ni se digne mirarte a la cara ¿Que es eso de dar las gracias?...igual creen que uno les va a cobrar por ello y como están las cosas se ahorran hasta el saludo. La educación, los buenos modales y mucho menos el ser agradecido, parecen estar mal vistos, ya casi nadie da las gracias, todo el mundo supone que esta haciendo uso de un derecho no escrito y como derecho (inexistente como tal) no necesita ser agradecido. Hay quien asume erróneamente que tiene “derecho” a dar voces en la calle a altas horas de la madrugada, a pasar con su vehículo con las ventanas bajadas y la música a tope, a arrollarte empujando en la cola del cine, del banco o del supermercado, a pararse en medio de una acera estrecha interrumpiendo el paso a los demás peatones y haciendo una tertulia interminable, a hablar a voces con el móvil en el autocar urbano.
La palabra “derecho”, ha salido de sus cauces legales y hoy todo el mundo tiene derecho a tal o cual cosa aunque esta moleste al vecino en el menor de los casos o viole las más elementales normas de educación y respeto.
Por contra, hay quien si aprendió “urbanidad” (posiblemente si mencionas esta palabra a cualquiera de nuestros hijos, por muy bien educados que estén, no hayan oído nunca hablar de aquella cartilla de “urbanidad” que en nuestra niñez era de estudio obligatorio), quien aprendió de sus padres a dar las gracias, a respetar al prójimo y tratar de hacer de este mundo un lugar donde la convivencia sea posible, agradable e incluso hasta satisfactoria.
Por todo ello, hoy, terminare dando las gracias a todos los que habéis leído este post. De bien nacidos (dice el refrán) es ser agradecidos
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