sábado, 15 de septiembre de 2012

Barreras


Quizá sean los años o el que uno cada vez va perdiendo la capacidad de movimientos que tenia antes, pero cada día me encuentro con mas barreas, escaleras interminables y en ocasiónes casi insalvables, en lugares públicos (siempre me queje de ello en mis escritos y lo tome un poco a broma hasta que en alguna ocasión no he podido llegar a mi destino por culpa de ellas), bordillos de aceras demasiado altos incluso para los que caminamos, mas o menos  y aún por fortuna no necesitamos sillas de ruedas. Barreas físicas que al fin y al cabo podríamos superar con la ayuda de alguien, pero hay otro tipo de barreras, barreas sociales, barreras legislativas, que por mucho que digan los señores políticos, sigue ahí, impidiendo una igualdad que se les llena boca pregonando y no es verdad…Crean, estúpidas tarjetas identificativas en las que se nos reconoce como persona con discapacidad, indicando incluso el porcentaje de la misma, tarjetas muy bonitas, pero simplemente eso, tarjetas que reconocen que uno no esta para muchos trotes, pero luego a la hora de la verdad, a la hora de prestar la ayuda que necesitamos, todo queda en buenas palabras de cara a la galería electoral y nada mas…Los recortes presupuestarios que todo el mundo sufre, también los sufrimos nosotros y por ejemplo, si os digo que una pierna artificial, de rodilla para abajo cuesta mas de 6.000 euros, que una aparato estabilizador, como el que yo utilizo vale unos 1.600 euros, que una silla de ruedas decente vale unos 2.500 euros y hay que adelantarlos quedando a la espera de que luego te paguen un 10 %, podréis comprender el rebote que me he llevado pensando en cuanta gente no podrá caminar al no tener liquidez para adelantar estas cantidades. Barreras administrativas, barreras legislativas que no igualan a nadie y terminan por arrinconar a quien quizá más lo puede necesitar.
Se que los tiempos no están para tirar cohetes, pero me indigna pensar que hay mucho político de pacotilla en Diputaciones, Ayuntamientos y Comunidades Autónomas que no aportan nada a la sociedad mientras aquel señor, que ayer estaba a mi dado en la ortopedia (mientras a mi me arreglaban un pequeño desperfecto en mi aparato), tuvo que marcharse sin su pierna artificial, al no tener con que pagarla. La barrera del despilfarro de quienes se supone nos representan y deberían velar por nuestro bienestar, (solo miran por el suyo), termina por ser la mayor de las barreras a la que todos nos enfrentamos.
Disculparme este desahogo, pero no puedo quitarme de la cabeza a aquel hombre que no se pudo marchar caminando, por culpa de una barrera que no era precisamente fisica…

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