Calles bulliciosas, llenas de gentes con ganas de olvidar por unos momentos los agobios diarios, charangas estridentes recorriendo los paseos, casetas con olor a fritangas y gentes que se agolpan buscando el pincho con que acompañar sus cañas, criaturas inquietas ante el vendedor de globos. Un cohete estalla en el aire mientras la música invade las calles con sones pachangueros que invitan a la alegría. Estatuas vivientes atraen las miradas de los curiosos que tratan de romper su estatismo con muecas divertidas, consiguiéndolo solo si depositan unas monedas en el cuenco que hay a sus pies. Guardias en traje de gala acompañando al alcalde y concejales en la ofrenda a la Patrona. ¡Salamanca esta en fiestas!, una año mas y a pesar de los malos augurios que todo el mundo siente y expresa, sobre la incertidumbre aumentada de un futuro preocupante, Salamanca se llena de alegría y relax, por unos días. Se aparcan las preocupaciones y de nuevo las gentes acuden al coso de la Glorieta para ver a sus ídolos taurinos. El ferial, se ha llenado de atracciones, cada vez más espectaculares, cada vez mas sofisticadas, cada vez más caras, pero siempre imán para pequeños y grandes. En las tómbolas, sigue la muñeca Chochona, el televisor que nunca toca, el reloj de cuco, fabricado ahora en China. Esta noche, se iluminó el firmamento con mil fuegos de artificio iguales que aquellos de hace ya veintitantos años, que hicieron exclamar a mi hija aún muy pequeña, ¡Se me meten en los ojos!...mientras con sus manos tapaba su cara asustada por el ruido de la explosiones y el brillo de aquellos cohetes que surcaban el cielo.
Salamanca esta de fiestas, quizá sirvan para alegrar los cariacontecidos rostros que día a día nos cruzamos en las calles y recuperar algo de alegría que siempre caracterizó a las gentes de este país.
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