Llegan los días de la Navidad, precedidos por el recuerdo de aquellos que nos faltan y cuyo aniversario se ha cumplido hace unos días.
Las calles se llenan de luz (tenue por los recortes y el ahorro necesario), las tiendas parecen haber disminuido su actividad y este año todo luce más triste, sin la alegría (quizá derrochadora) de otros años.
Una vez más, las felicitaciones invaden mi correo y con ellas llegan noticias de compañeros y amigos que aún me mantienen en su memoria.
Los años van pasando y el peso de los recuerdos se hace sentir. Alguien ha retomado aquella vieja costumbre de depositar a los pies del guardia urbano, regalos. Los belenes, este año parecen ganar la batalla al abeto, quizá tratando de recuperar algo de tiempos en los que la gente sonreía y al cruzarse en las calles se felicitaba las pascuas.
Ha vuelto la tarjeta pidiendo el aguinaldo (había desparecido en tiempos de bonanza y se retoma con la crisis). Solamente se mantiene la ilusión en los mas pequeños ajenos a las preocupaciones de sus mayores… ¡Bendita niñez!...gritan ante el pequeño riachuelo improvisado, donde unas lavanderas de barro, arrodilladas comparten espacio con casas de corcho y un portal en el que a pesar de lo que diga Su Santidad, buey y burra siguen presentes. La risa burlona de aquel Papa Noel, continúa llenando de sueños e ilusión a estos pequeños que aún no conocen de sinsabores ni preocupaciones.
Ellos mantienen vivo el espíritu de la navidad, aquel espíritu que “Evanissa Scruch” recuperaba en el famoso cuento de navidad después de recibir la visita de los fantasmas de las navidades pasadas (Mi cuento preferido de navidad, que año tras año sigo rememorando en un viejo video que guardo con esmero).
Aún no saben de fusiones bancarias, rescates, activos tóxicos, desahucios, paro, jubilaciones en peligro ni promesas incumplidas… ¡Bendita niñez! Que aún cree en los Reyes Magos y llenan de alegría nuestras horas bajas, borrando por unos instantes las preocupaciones diarias.
Conservan la Navidad que algunos han perdido y son el germen de un futuro que aunque incierto y oscuro en estos instantes, algún día vera la luz y recuperará la alegría…
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