jueves, 5 de julio de 2018

TEJIENDO ENTRE DOLORES

Tejiendo entre dolores, el tiempo de mi existencia, con hilos de tiempos pasados, en los que la actividad diaria mantenía mis fuerzas, vivo el presente, recordando que cada instante es un regalo que la vida me hace.
Veo crecer a los míos y como se alejan del nido, volando libres, llenos de ilusión, con las mismas ganas de “comerse el mundo” que yo tuve y su alegría inunda mi existencia, que limitada, vuela con ellos compartiendo sus preocupaciones y logros, sus quimeras y sus sueños que se hacen realidad.
Pese a la distancia, la tecnología nos mantiene unidos, todos los días nos vemos a través de la pantalla del ordenador o del móvil, todos los días, me despierto con un ¡Buenos días familia!, de mis hijos, escrito en esta pantalla luminosa, milagro de la informática, que me acerca a ellos y a los amigos que fui dejando en mi caminar diario.
Hacía ya tiempo que no me ponía a “aporrear “este teclado de mi ordenador, liberando sentimientos que quizá a nadie le importen, pero que como un bálsamo alivian mi alma agotada por el dolor físico que me acompaña a cada instante y me recuerda que el tiempo no se detiene, que los años pasan y que si el desgaste diario me mantiene limitado en el movimiento, mi mente y mi corazón siguen luchando, tejiendo entre dolores ese día a día, en el que comparto guiños a través del Facebook o Instagram, con amigos lejanos, con mis hijos, con quienes estáis ahí, leyendo ahora estas líneas
El sol ha salido hoy nuevamente, llenado de luz mi existencia y nuevamente he recibido ese ¡Buenos días familia!, de mis hijos. Una sonrisa, se ha dibujado en mi cara, al leer un mensaje de un viejo amigo y he pensado…aún me queda mucho por hacer…mucho por vivir…mucho por sentir, mientras tejo entre dolores mi existencia.

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